Capítulo 25

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Despertar con Zac era sonreír antes de abrir los ojos. Sentir su piel, su aroma, escuchar su respiración era saber que estaba en el lugar correcto.

Esa noche hicimos el amor nuevamente, pero ahora no fue desesperado como hacía una semana, fue tierno, fue dulce. Con cada beso se encargó de eliminar mis miedos y con cada caricia mis inseguridades.

—Sé que estas despierta—lo escuché decirme—nunca sonríes dormida y ahorita lo estás haciendo.

—Realmente no lo sabes—murmuré con los ojos cerrados—en casi 5 años las cosas pueden cambiar mucho

— ¿Cuánto? Si después de todo este tiempo y tanta distancia, volvemos despertar juntos.

Abrí los ojos y lo miré con desagrado, a lo que me respondió con una sonrisa.

—Esto solamente ha sido una serie de coincidencias.

—La cual disfrutaste mucho anoche—se burló dándome un beso en los labios y volviendo se a meter a las cobijas quedando a mi altura para poder besarnos bien.

Lo abracé, metiendo mis manos entre los suyos, aferrándome a él con miedo de que se alejara, aunque fuera un milímetro de mí. Había pasado tanto tiempo sin él, que no recordaba cómo se sentía estar a su lado. Y es que la verdad era que me había esforzado tanto en olvidarlo que necesitaba volver a sentirlo para saber que no lo había logrado de todo.

No quería que el tiempo pasara, que nada nos interrumpiera, ni siquiera ese rayo de luz que atravesaba su ventana, pero mi deseo fue en vano pues su celular comenzó a sonar a su lado izquierdo.

Rodó los ojos al ver que quién se trataba y sentí escalofrío, no quería que la realidad me golpeara de nuevo.

—¿Qué pasa Alex? —dijo de mala gana.

¿Quién era Alex? -pensé.

Era una mujer, lo descubrí por la vez del otro lado de la bocina que le preguntaba dónde estaba.

—En casa—respondió Zac quitado de la pena mientras se tallaba un ojo.

—¿Cómo? ¿No tienes planes de venir hoy? —le pregunto la voz femenina.

Yo seguía sin entender la conversación.

—No lo creo.

—¿Otra vez saliste de fiesta? Zac, quedamos que eso se tenía que ir eliminando. —lo regañó.

—No Alexandra. Escucha—suspiró—no es buen momento para hablar, ¿te busco más tarde?

—Oh, ¿Se trata de Selena?

Oh, otra conocida de Selena. - pensé

—No, hace una semana te conté que ya no estaba con Selena—respondió Zac cortante.

No era una conocida de Selena, a los de su alrededor no les habían avisado que ya no estaban juntos.

—Cierto, ¡Oh Por Dios! —exclamó tan fuerte que escuché con mayor claridad—¿estás con Vanessa entonces?

Zac giró su cara para encontrarse con la mía y me sonrió.

—Sí—se limitó a responder.

—¡Qué emoción! ¿Después de tantos años? —preguntó emocionada—Ok, entonces voy para allá.

Zac, que al parecer ya no estaba poniendo atención, se sobresaltó.

—¿Qué? ¿A dónde?

—A tú casa, obviamente. Quiero conocerla.

Del amor y otros negociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora