Capitulo 4

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Después de un fin de semana muy relajado que consistió en comprar ropa con mi hermana y buscar automóviles para mi estaba lista para ir a trabajar. Sólo a ella le había contado lo de Zac, no quería mis papás se involucrarán en eso.

—O el destino los quiere juntos—comentó Stella comiendo de su helado de yogurt—o ambos tienen muy mala suerte para que esto sea coincidencia.

Le robé una cucharada de su helado.

—¿Y enserio no sentiste nada? —quiso saber.

Me encogí de hombros.

—Nervios tal vez, sorpresa, pero es algo a lo que debo acostumbrarme. Él tampoco saltó de felicidad al verme.

—¿Son como des extraños ahora? —preguntó subiéndose a su auto.

—Digamos que compañeros de trabajo con un pasado en común—imité su acción—necesito un auto.

El lunes por la mañana llegué al estacionamiento muy temprano, aún no calculaba bien el tiempo que hacia de casa la oficina así que había decidido pasar unos minutos en el coche bebiendo mi café, agradecía que Stella me dejara usar su auto una semana más.

Mire llegar varios vehículos pero solo reconocí a las personas que venían dentro de un Civic Coupe rojo del año, se estacionó de un solo movimiento a 4 coches de donde yo me encontraba y tanto la puerta del copiloto como la del piloto se abrieron dando paso a una mujer castaña y a un hombre alto de cabello oscuro y barba, si no mal recordaba era Liam de Marketing y ella Miley de Finanzas. Al parecer estaban juntos puesto que se dieron un beso en los labios y él se adelantó a los elevadores mientras ella sacaba algo de la cajuela.

Bajé rápidamente para encontrarme con ella y tener una cara conocida.

—Vanessa, ¿cierto? —fue su forma de saludarme al verme cerca de ella.

Asentí.

—Iba a esperar a verte en tu oficina, Anne me pidió que te buscara—mencioné y ella asintió—pero ya que te veo por aquí. ¿A qué hora me podras poner al día?

Empezó a caminar y me hizo la seña para que hiciera lo mismo, era algunos centímetros más alta que yo por lo que tuve que caminar más rápido.

—Lo podremos ver ahorita si quieres—sugirió después de ver su celular—suelo llegar a desayunar a la cafetería pero puedo pedirlo en mi oficina y lo trabajamos.

—Como gustes, yo puedo esperar—respondí con timidez, aunque ella era muy agradable.

Subimos por elevador directamente hasta el piso 4.

—Será mejor de una vez porque también te tienes que sentar con Zac y creo te tardarás más con él.

La miré antes de salir del elevador con cara de interrogación después de un quejido.

—¿Pasa algo? —se sorprendió ante mi expresión.

Negué con la cabeza y caminamos por el pasillo.

—¿Qué sabes de él? —me adelanté a preguntar sin entender bien porqué lo hacía, ya había prometido fingir que no lo conocía con las demás personas pero Miley me inspiraba confianza y solo estaba preguntando por mi compañero de trabajo no tenía porqué contarle quien había sido en mi vida.

—¿De Zac? —soltó una risita y yo asentí—¿Por? ¿Te atrapó con esos ojos azules?

—No—me rubiricé—es solo qué...

—Tranquila, tiene ese efecto en todas. Es guapo.

Solté una risita, siempre había sido así. Era de los chicos más guapos de la universidad pero yo me percaté de eso hasta que él se graduó, yo tuve que ir a hablar con el director del campus para ver el tema de mis prácticas profesionales y él estaba ahí firmando sus documentos para poderse graduar. Me sonrió y comprobé lo que mis compañeras solían decir acerca de esos ojos azules.

Del amor y otros negociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora