Capítulo 34

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Estimada señorita Hudgens

Estamos muy contentos con su trabajo en Einfuhr y nos motiva el hecho de que quieras continuar con tu crecimiento de carrera dentro de esta empresa en la que te consideramos parte fundamental.

Por desgracia, lamentamos informarte que en este proceso no has sido seleccionada para la posición de Directora de Importación de Alimentos.

Deseamos que esto no te desanime a seguir dando lo mejor de ti y que siempre sepas que las oportunidades siempre estarán abiertas.

Con cariño

Keira K.

Leí el segundo párrafo 3 veces para entender bien a lo que se refería, estiré mis manos sobre el escritorio y me dejé caer en él.

Me quedé unos segundos en esa posición hasta que mi puerta se abrió dando paso a Miley que ese día llevaba una cola de cabello como peinado.

— ¿Estás bien? —preguntó desde la puerta.

Asentí con la cabeza sin levantarme del escritorio y la seguí con la mirada hasta que llegó a la silla delante de mí estirándome la mano para que leyera el papel que sostenía.

—Lee—ordenó mi amiga.

Estimada señorita Cyrus,

Einfuhr se alegra de anunciarle que su solicitud para la movilidad a Chicago ha sido aprobada, en los siguientes días me pondré en contacto con usted para comenzar con los tramites.

Saludos.

Scarlett J.

—Felicidades, amiga—exclamé emocionada—lo mereces.

—¡Gracias! —dijo dando aplausos—¿Y tú? ¿Tienes noticias?

Torcí la boca después de suspirar, volteé mi pantalla para que quedará frente a ella y con sus ojos color miel lo miró después de quitar sus ojos de mí.

—¿Cómo crees? —preguntó sorprendida—no puedo creerlo, estaba segura que esa posición era para ti.

Encogí mis hombros.

—Elegí mal—confesé.

—¿De qué hablas? Solo es una posición.

—Es que no te he contado...

Empecé a hablar, pero el sonido de alguien llamándome a través de la computadora me interrumpió, Miley me hizo la seña que contestara, pero no se movió se su silla.

—Hola, Sandy—dije al darme cuenta que era la asistente de Selena.

—Hola Vanessa, disculpa mi jefa te está buscando, ¿podrías venir a su oficina?

—Claro, voy para allá.

—Tengo que ir con Selena—le dije a mi amiga—pero ¿salimos a la hora de comer? Para despedirte.

—¡Si! Le aviso a Hilary—respondió emocionada—suerte con tu amiga Selena.

Le hice un gesto de desagrado y ambas salimos de mi oficina.

Caminé por el pasillo hasta llegar a Presidencia en la que Sandra ya me esperaba con la puerta abierta.

Selena estaba ahí, tan ejecutiva como siempre, su cabello negro sujeto por una cola de cabello alta acompañada de su traje color claro.

—Gracias Sandy—sonrió la dueña y su asistente salió enseguida—Pasa Vanessa, toma asiento ¿gustas un café, té, refresco?

Negué con la mano.

Del amor y otros negociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora