Capítulo 28

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Mordí mi labio, mandé correos, comí  chocolates, reí con Miley, me desahogué con Hilary, tomé tres tazas de café, hice análisis, hablé con Lucy, preparé una presentación y aun así me sentía ansiosa de mandarle un mensaje a Zac.

No éramos nada y aunque lo fuéramos, no quería estar al pendiente de todos sus movimientos. Pero no haber visto su automóvil en la mañana me había dejado pensativa todo el día.

Su última conexión había sido en la madrugada, también por eso no había querido escribirle, posiblemente ni siquiera le llegaba. 

Y fue eso ultimo lo que me empezó a preocupar.

Recordaba que teníamos pendiente la cena programada para ese día así que decidí mandarle un mensaje.

¿Sigue en pie la cena de hoy?.- escribí.

Dejé el celular y volví a la computadora.

Pasaron 3 minutos y revisé nuevamente. No había recibido el mensaje, solo tenía una palomita.

Miré mi correo y la junta que teníamos programada para el día siguiente aparecía cancelada y reprogramada para el viernes a las 2.  Eso llamó más mi atención, normalmente Selena era muy estricta con sus horarios y si programaba una junta era porque tenía mil compromisos al día siguiente.

Más por impulso que pensando las cosas, salí de mi oficina para dirigirme a la de ella, no sabía que tanta confianza podíamos tener, pero yo quería saber que pasaba con Zac y estaba segura ella lo sabía

Así que llegué a su oficina saltándome a su secretaria que me miró feo.

Estaba concentrada en su laptop tecleando a una velocidad sorpréndete, me arrepentí de entrar así  pero ya estaba ahí el odio de su secretaría lo tenía ya ganado.

—Oh, hola Vanessa— me dijo al darse cuenta de mi presencia—no me avisaron que entrabas.

—Este, si, am—dudé—es respecto a la junta de mañana.

Quise no ser tan directa y por un momento pensé que me contaría sus planes de por qué la había cancelado, pero solo colocó su cabeza en su puño cerrado y me miró con esos ojos grandes color café.

—¿Tienes dudas sobre los reportes? —preguntó.

Odiaba su templanza y que me mirara sin rencor a pesar de todo lo que había pasado.

—No...—respiré para armarme de valor—¿sabes algo de Zac?

Me mordí el labio tras la pregunta.

Soltó una risita y pasó su mano por el cabello. Era extraño que estuviera con ella hablando de él, pero seguían teniendo tanta relación que posiblemente con ella se si había comunicado.

Volvió a su computadora haciéndome dudar si me iba contestar o si era la señal para que saliera de su oficina en ese mismo momento.

—Él está bien—respondió sin mirarme.

Ok si sabía comunicado con ella, sentí tranquilidad pero a la vez decepción de que no se hubiera comunicado conmigo.

—Tuvo un pequeño accidente pero está bien.

—¿Accidente? ¿Cómo que un accidente? —Reaccioné—¿Qué clase de accidente? ¿Dónde está?

Dio un último click y se levantó de su silla para ir a hacia su estante que parecía una cafetería  gourment

—¿Gustas algo?—me ofreció y la miré incrédula pero alzó los hombros.

—Chocó—respondió después de sorber a su taza—salió de una cena que tenía con mis amigos y venía para acá, una persona se pasó el alto y chocaron.

Del amor y otros negociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora