Capitulo 1

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Desplacé la pantalla de mi teléfono móvil para ver el clima que se pronosticaba para los siguientes días. En teoría, después de 4 años ya debía de haberme acostumbrado al frio pero extrañaba mucho la calidez de San Diego y el ambiente que allá se vivía.

Las noticias no me indicaron un cambio de clima próximo, así me envolví nuevamente en la cobija y seguí leyendo la misma página de mi libro, en la que había estado los últimos diez minutos, pues no podía concentrarme en la lectura.

Esa mañana de sábado un repartidor había tocado a mi puerta entregándome una invitación para volver a mi país, con mi familia, pero no estaba segura de querer hacerlo en ese momento. Cuando llegué a Suecia tenía en corazón roto y un plan de quedarme 6 meses a estudiar su idioma para completar mi carrera de Negocios Internacionales, sin embargo al este terminar me dio miedo volver a California, pues las heridas no habían sanado y por suerte encontré un trabajo bien pagado en la empresa Volvo, así que no dude en quedarme un tiempo más cosa que a mi familia no le agradó del todo pues me perdí la graduación de la preparatoria de mi hermana pero ellos entendieron mis razones y apoyaron mi decisión.

El sonido de la puerta hizo que saliera de mis pensamientos y que me recargara sobre mi cabeza para ver entrar a Paola con abrigo cubierto de copitos de nueve y unas botas que se tuvo que quitar en la entrada, pues nos gustaba caminar descalzas sobre nuestra alfombra.

-Pensé tardarías más-le deje saber.

-El hospital está tranquilo-se encogió de hombros sentándose a mí lado y obligándome a recoger mis piernas.

Paola es enfermera y nos hicimos amigas seis meses después de que yo llegara aquí, cuando recién terminé el curso de idioma y pude conseguir un puesto en la empresa que trabajé como asistente en esos 6 meses. Fui al hospital para hacerme un examen médico y por suerte a ella le tocó sacarme sangre, leí en su gafete se llamaba Paola Núñez y por su tono de piel moreno y cabello negro supe era extranjera como yo. Pregunté de dónde venía, ahí fue cuando descubrí era mexicana. Me sonrió después de sacar la aguja y supe que tendría una buena amiga por el tiempo que pasara aquí, no sabía bien cuanto sería pero al menos ya no estaría sola.

Ese día la encontré en el tren de regreso a casa, yo venía en un asiento sola y al reconocerme se sentó a mi lado, nuestra platica duró dos estaciones pero le conté que estaba buscando un hogar y ella me dijo que su compañero de piso se había ido a Inglaterra a estudiar su maestría. Mis padres siempre me dijeron que no confiara tanto en la gente, pero qué más podía hacer si estaba sola, del otro lado del mundo y una mexicana me sonreía.

Así que después de dos semanas de conocerla comencé a vivir con ella.

Me levanté hacia el frigorífico para tomar una cerveza y abrir una bolsa de papas.

-¿Qué es esto? -preguntó enseñándome el paquete que había llegado en la mañana.

-La invitación de la fiesta de graduación de mi hermana.

Paola soltó una risita.

-¿Gastó en enviarte una invitación al otro lado del mundo cuando bien te pudo haber mandado un mensaje?

-Así es Stella y supongo quiere asegurarse de que vaya.

Volví a sentarme a su lado.

-¿Y vas a ir? -tomó una papa de la bolsa.

-No lo sé, quisiera pero...

-Pero tienes miedo

Asentí.

Me conoce tan bien, no esperaría menos de la persona con la que he vivido más de tres años. Es como una hermana mayor para mí y sabe absolutamente todo de mi vida antes de llegar aquí.

Del amor y otros negociosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora