Prologo

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Si tendría que ponerle una definición a mi vida podría decirse que era perfecta, todo siempre me había resultado fácil. Tenía todo lo que cualquier chica de mi edad desearía.

Grandes amigos que estaban a mi lado para hacerme reír, una familia completa y adinerada, notas sorprendentes, asistía a un buen colegio y mi futuro se veía brillante.

Toda esta perfección no duro el tiempo que hubiera preferido y me di cuenta que en realidad comenzaba a sentir la falta de algo, nada podía llenar ese vacío que con lentitud me consumía.

Pude despejar la neblina que me hacía ver que todo estaba bien, de este modo repentinamente y sin darme cuenta caí en la dura y cruel realidad.

Comprendí que en realidad la mayoría de mis amistades eran falsas a excepción de una persona que seguía a mi lado sin importarle lo rota que estaba.

Explote la burbuja que me hacía ver que mi familia era perfecta, porque era de todo menos eso.

Luchaba con mis padres por la constante comparación entre mi hermana y yo, ellos me hacían creer que si no seguía sus pasos terminaría sola, sin un buen trabajo y por supuesto lo más importante, decepcionándolos.

Diariamente me esforzaba para escucharlos decir cuan orgullosos estaban de su pequeña, después de todo era lo único que me importaba.

Por el constante rechazo de mis padres y una relación de la que terminé hecha pedazos me vi obligada a guardar mis sentimientos bien en el fondo de mí, a esconderlos y protegerlos de algún otro daño. Debo felicitarme porque he cumplido mi objetivo tan bien que ya no recuerdo donde los he dejado.

El inexplicable sentimiento de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora