CAPITULO 14

490 100 27
                                    

Los recuerdos venían a mi mente con desesperación, comenzaban a agobiarme, no podía permitirme continuar así... hacerme aún más daño.

"Sácate ese pantalón Elizabet, ¿Acaso no ves que no te favorece?", "si sigues comiendo de esa manera no conseguirás nunca un novio, ¿crees que a los chicos les gustan las gordas?", "no te sientes de esa manera, pareces de todo menos una señorita", "solo manchas la imagen de esta familia" y así podría seguir por horas.

Me habían criado a veces de estereotipos, poniéndome una etiqueta que según la sociedad nos definía como personas, me había tocado el color rosa, ¿esto qué significaba? Tenía que jugar con muñecas, vestirme con vestidos y polleras, dejarme el pelo largo, maquillarme para verme bonita, ser madre.

Ser mujer es complicado, es vivir atrapada en manos de una sociedad que nos dice "ámate, eres perfecta" pero a la vez es la misma que te juzga por no cumplir con los estereotipos de belleza.

Aquellas voces nunca paraban, en mi cabeza deambulaban sin cesar, siempre era lo mismo, "no tienes el cuerpo adecuado para usar ese vestido" "quítate eso, te ves ridícula", "maquíllate un poco, pareces una muerta".

Temo que mis inseguridades nunca se vayan, que se queden ahi, dando vueltas. Esperando que notes un mínimo error en vos mismo, esperando a que te pares delante de un espejo y tu subconsciente empiece a vomitar miles de palabras hacia uno mismo. Luces feo, gordo, raro, ridículo, ¿quién se va a fijar en vos?, ¿quién te mirara si luces así? ¿quién te va a querer?.

Estaba cayendo, no había forma de pararlo, no hay nadie para detener esa caída, lo tenia que afrontar, uno solo se tiene uno mismo y es por eso que me es tan complicado buscar una salida de aquel hoyo negro, tendría que amarme para darme ese gusto y sino lo conseguía pronto seguiría cayendo...

Me doy un respiro y cierro los ojos. Repito una y otra vez que el amor genuino es lo que importa. Que el dia que me pare delante de un espejo, delante de cualquier persona y me sienta cómoda sin creer que para esa persona es fácil notar todas mis imperfecciones de cerca, delante de mi propia mente y delante de esta sociedad de mierda.

Ese día me voy a amar, porque no existe nada más lindo que el amor propio pero él mismo que a la vez es tan difícil de alcanzar.

Tantas cosas me habían convertido en lo que soy hoy en día, tantos problemas, personas que aparecieron en mi vida pero no aguantaron lo suficiente y se alejaron, mis padres, mi ex novio.

Quisiera retroceder el tiempo atrás y ver en qué me equivoque, que fue lo que hice que me llevó a convertirme en esto, una joven a punto de convertirse en adulta sin saber lo que es amarse a sí misma, ¿que había hecho mal?.

Quería gritar como me sentía, mi interior gritaba, necesitaba a alguien para poder confesar como me sentía, alguien que me comprendiera y no piense que es un juego para mi, que pueda comprender que realmente estaba rota.

No podía permitir que mis demonios ganaran esta batalla sin luchar, no iba a rendirme, no después de haber sufrido tanto.

Fue entonces cuando me sentí una persona realmente afortunada, porque si, tenía a la persona indicada para hablar sobre mi, sobre cómo me sentía.

Por primera vez en mucho tiempo quería hacerlo y tenía a la persona indicada, ¡claro que la tenía! Y había estado toda mi vida a mi lado, mi abuela era la persona más indicada para esto.

El inexplicable sentimiento de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora