Si hace unos años me hubieran preguntado cómo sería mi cita ideal mi respuesta habría sido en un restaurante o algo bien organizado y bonito, ahora habiendo conocido a Alex todo esto había cambiado, parecía que el se dejaba guiar por su instinto y aun así el sitio que elegía era perfecto, como si supiera sin conocerme que amaría aquellos lugares.
¿Cómo lo sabía? No tengo la más remota idea, lo único que sabía era que aún estando sentados debajo de un árbol justo como estábamos ahora la pasaba muy bien y prefería mil veces esto a una cita con mucha producción.
Estos últimos días había notado que el estaba mal, no se atrevió a decirlo pero yo lo sabía, no sonreía tanto como antes y faltaba a clases, por lo que me había dicho Derek su mamá no estaba enterada de sus inasistencias al colegio.
Me preocupaba con quien se iba en vez de asistir al colegio y que es lo que hacía, no sé si me atrevería a preguntarle no quería de respuesta un enojo de su parte.
Tampoco sabía si era debido a los problemas con su padre, se veía tan triste cuando me comentó sobre el.
Quería ayudarlo, tal como el se ofreció a ayudarme y si al intentarlo conseguía que él salga adelante no me importaría destruirme, después de todo siempre lo había estado.
—¿Qué hora es?—pregunto Alex desviándome de mis pensamientos.
Me fijé en mi reloj para luego voltearme a verlo.
—Las cuatro menos veinte.
—Desgraciadamente a las cinco tengo que irme al trabajo.
—Si quieres puedo acompañarte—propuse con una sonrisa, no tenía nada que hacer y sería gracioso verlo con ese uniforme tan tonto que hacían ponerle a los empleados.
—¿Estás segura?.
—Supongo, nunca es un mal día para verte con ese gorro de rayas amarillas y naranjas—respondí riéndome y el imito mi acción con sarcasmo.
—No me lo voy a poner, no es una obligación, el día que te conocí por ejemplo no lo llevaba puesto—comentó con una sonrisa victoriosa, yo volví a reír, era muy infantil cuando se lo proponía.
—Vamos Alex, si te pones el estupido gorro y me dejas tomarte una foto te doy algo a cambio—dije con una sonrisa.
—¿Qué tienes para ofrecer?—le había gustado la idea.
Busque en mi mochila algo que pueda intercambiar.
—Tengo los apuntes de toda la semana, chicle y un chocolate, se un hombre sabio.
—Quiero un beso.
Comencé a reírme, en serio había rechazado los apuntes por un beso que le hubiera dado tarde o temprano.
—¿Estás seguro?—pregunté dándole una última oportunidad para elegir los apuntes pero cuando me tomo con dulzura del cuello y me beso supe que no había vuelta atrás.
¿Cómo era posible que un simple beso despertara mil emociones en mi? Sentía como si mi interior estaba de fiesta y hubieran tirado hasta fuegos artificiales.
Como de costumbre sus labios tenían ese característico gusto a frutilla tan característico que me volvía loca.
—Me gusta tu forma de besar—confesó con una sonrisa, seguramente estaba roja, ¿QUÉ MIERDA ME OCURRÍA? Porque me comportaba como una niña de catorce años con hormonas alborotadas.
![](https://img.wattpad.com/cover/212855438-288-k351253.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El inexplicable sentimiento de amar
Teen Fiction"Muchos dicen que amar es ver la perfección en una persona. Yo creo que no, amar es ver cada jodido defecto y verlo perfecto a su manera"