Estaba desayunando junto a mis abuelos, de alguna extraña manera me sentía en paz junto a ellos. Me trasmitían buenas vibras, me hacían sentir mucho mejor.
Se se veían tan tiernos juntos, eran una pareja que en definitiva habían pasado la mayor parte de sus vidas junto al otro. Ver que aún se amaban con la misma intensidad e incluso más me hacía creer en el amor verdadero.
Me daban ganas de correr a buscarlo, por más que sabía que no funcionaba así. Cómo había dicho mi abuela unos días atrás "todo a su tiempo" y no tenía más remedia que esperar.
Me frustraba pero si era la única manera lo intentaría, no perdería nada intentándolo.
Mi teléfono me interrumpió, deje mi tostada a un lado de la mesa y me apresuré a buscarlo en mi bolsillo, al ver de provenía la llamada casi me ahogo con el pedazo de tostada que había comido hace unos instantes.
Con sorpresa atendí la llamada, me quede en silencio esperando que iniciara la conversación o al menos me dijera el motivo de la llamada.
—Hola, ¿cómo estás?—pregunto mi padre con nerviosismo en su voz, esto sí que no era usual.
—Bien me duele un poco la cabeza pero nada que no pueda aguantar—respondí con el tono más amable que me pude permitir, hace horas estaba casi por morir de fiebre y ni se digno a llamarme.
—Ayer estuve algo ocupado y no pude llamarte, perdón—dijo cómo si hubiera leído mis pensamientos, ¿acaso lo había dicho en voz alta? Pero no, no pude haber sido tan despistada.
Esperen, ¿había dicho perdón? ¿Qué le estaba pasando a mi padre? Esto si que era raro viniendo de él y más sabiendo que nunca admitía sus errores.
—Tengo que ir a la escuela, hablamos en otro momento—me excusé mientras tomaba una de las tostadas que me había preparado mi abuela.
—Espera un momento, hace unos días hablé con Sophie y como hace un tiempo que no se ven va a ir a visitarte—casi me atraganto al oírlo por segunda vez en la llamada. Estuve a punto de correr de la emoción por toda la casa, pero me contuve. Veria a Sophie después de más de un año, ¿cómo no estaría emocionada?.
—Dios, ¡que bueno!, ¿cuántos días se quedará?—pregunté con alegría notoria en mi voz.
—No lo se, una semana creo, Logan la acompañará pero se quedará solo por dos días porque tiene trabajo.
—Ya quiero verla.
Mordí mi labio, así evitaba soltar un grito de alegría. ¿Era posible extrañar tanto a una persona?.
—Si me imagino—respondió casualmente, no se porque juraría que del otro lado del teléfono se encontraba sonriendo—te llamo a la noche, ¿si?.
—Esperare tu llamada entonces y decile a mi madre que también esté así puedo hablar con ella, hace como una semana no hablamos.
Dicho eso corte la llamada, había sido la conversación más normal que había tenido con mi padre... raro.
Mi abuela me observaba conteniendo su risa al igual que mi abuelo, pero no aguantaron más de un minuto en el que terminaron estallando de la risa.
—¿Qué?—pregunté sonriendo.
—Allie, cambia tu cara, parece que acabas de hablar con alguien que no conoces—respondió mi abuela.
—Actuó raro—admití.
Me levante de la mesa y busqué mi mochila, si fuera por mis abuelos llegaría tarde todos los días, parecía no ser una preocupación.
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El inexplicable sentimiento de amar
Teen Fiction"Muchos dicen que amar es ver la perfección en una persona. Yo creo que no, amar es ver cada jodido defecto y verlo perfecto a su manera"