70 Cartas al viento.

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Setenta cartas vuelan sin ningún destinatario,
no hay paloma mensajera que las lleve,
si pesan los sentimientos del remitente,
y el viento se declara mi adversario.

Setenta cartas caen de una nube a su abismo,
porque pesa más la melancolía en ellas,
que mi sueño de volver a tenerla.

En su juego nunca fui muy listo,
pero en quererla de verdad fui el mejor, insisto.


Setenta cartas regalando una parte de mí, en cada una,
todas con el propósito de mostrar halagos,
tú queriendo cruzar el oceano atlántico,
yo con lágrimas, te ofrecí que te quedaras en mi charco.

Ya no son setenta cartas,
son setenta veces que me desvelé por ti,
hoy ya no me desvelo, sólo olvido dormir,
como tú olvidabas llegar.

Setenta cartas que por menos que pesen, no se las lleva el huracán,
si cuarenta se perdieron por tus llanos, treinta se ahogaron en mi mar,
y aún hay tinta y ganas de escribirte cien más,
si ya perdí tu templo y aún no me olvido de rezar.

Versos a la nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora