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Younha

A regañadientes apagué mi teléfono móvil, abrí mi armario, en busca de alguno conjunto, pero lo único que pude encontrar era mi ropa de tonos pasteles. Al último me decidí por un pantalón de color caqui, mis zapatillas blancas, y una sudadera con un pequeño logo impreso. Me maquillé lo normal, como siempre lo hacía antes de ir al colegio. Bajé tranquilamente por las escaleras, no quería arruinar mi maquillaje, los productos que había adquirido ayer, en definitiva, eran uno de los más caros. Como de costumbre, mis papás ya no estaban en la casa. Mi mamá ya había hecho la comida, todo estaba en su sitio.

Con uno que otro paso torpe, salí de mi casa. Pasaría un rato a la casa de Taehyung, y me quedaría ahí, hasta que sean las dos y media. Lo tenía todo calculado, como siempre.

Taehyung

Domingo, mi ansiado domingo. Me gustaban los domingos, eran uno de los pocos días en los que había maratones de animes en la televisión. Mi abuela seguro que se había ido a comprar unas cosas, o tal vez solo se había ido a ayudar a mis papás en el campo. Con una sonrisa en la cara, comencé a comerme mi tazón con dulces que había comprado ayer, mientras venía a mi casa.

Agarré el control remoto del televisor, y comencé a buscar mi canal favorito a lo desquiciado, cuando el timbre de mi casa sonó.

Eran apenas las diez de la mañana, ¿quién podría ser tan temprano?

Con dientes apretados, fui hasta la puerta, miré por el pequeño agujero de ésta. La cara regordeta de Younha se veía distorsionada. Rodeé los ojos, y abrí la puerta, lo suficiente como para poder asomar mi cabeza.

—¿Qué quieres? ¿A quién buscas? ¿Qué vendes? —pregunté sin parar.

—Quiero hablar con mi amigo. Busco a Kim Taehyung. Señora ama de casa, le venimos ofreciendo un producto que hará...

—Sí, sí, sí, ya cállate. —Abrí la puerta, prácticamente dándole permiso para que haga lo que se le dé la gana, pero Younha solo se quedó en la entrada, con sus zapatillas blancas en mano.

—Ven —dije, haciendo un gesto con la mano para que venga a la sala—. Está por comenzar la maratón de anime.

Younha dejó su calzado en donde se encontraba el mío, y vino a donde yo estaba, se sentó al otro lado del sofá, y comenzó a ver el mismo anime que yo. Cuando el openning de Inuyasha comenzó a sonar, Younha comenzó a tararearla, yo solo me pude dignar a soltar una leve risa.

Younha tenía el gesto de una niña haciendo berrinche. Con la frente arrugada, y los cachetes más inflados que otros días.

—¿Quieres? —pregunté, mientras le extendía el tazón con chuces.

—Ya era hora, ¿qué esperabas? ¿A qué te lo pida yo? —soltó con sorna. Extendió su brazo, para poder tomar un poco de chuches.

Younha

Me estaba aburriendo. Taehyung no era una buena compañía cuando veía animes. No es que me queje, pero desde hace una hora, solo se la pasa comiendo, y teniendo la vista clavada en la televisión.

—¿Han cocinado? —pregunté.

—Nop.

—¿Vas a sobrevivir solo de dulces?

—Supongo.

Rodeé los ojos, y me crucé de brazos, por lo menos la maratón duraría unas dos o tres horas a más tardar.

Vi como Taehyung se cruzó de brazos también, cuando comenzó el apartado de las propagandas.

—¿Dónde está tu cocina? —pregunté sin mucho interés.

✧ love me again» BTS; taehyung ✧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora