✧ love me again» BTS; taehyung ✧

t r e i n t a y c i n c o

Younha

Había pasado más de un año, y no tenía contacto con Taehyung; solo un par de mensajes por la noche; los mensajes cada vez estaban siendo más cortantes y sin alegría alguna. Me había estado cuestionando si la idea de que volvería a Daegu realmente llegaría a suceder en algún momento. Tal vez esto había llegado a su momento final; tal vez nuestra relación estaba llegando a su etapa final. ¿Por qué mantener algo tan vago y frío? El cariño seguía ahí; Taehyung era tan importante para mí, cómo yo para él. Aparte, sentía que era más una distracción en sus ensayos, y eso era lo que menos quería. Suspiré, cerré los ojos, y simplemente deseé volver a aquellos días en los cuales me sentía tan contenta; me había quedado sola en esta ciudad, estaba por ser fin de año, y mi circulo de amistad había decaído poco a poco. Miré la pantalla de mi móvil, sonreí de lado cuando vi su último mensaje. Me sentía vacía. Dejé caer mi cuerpo contra el césped del campo; estaba en el monte de las luciérnagas, pero, no había ninguna.

Mi móvil sonó.

¡Hola! ¿Estás libre?

Era un mensaje de Taehyung, respondí enseguida con un: sí.

Su nombre apareció, era una llamada.

—Hola —musité.

—Eh, hola —soltó alegre.

—¿Todo bien? —pregunté.

—Perfectamente —soltó, pude escuchar una leve risa—. ¿Tú?

—También —mentí.

—Younha, mis papás vendrán a Seúl por unos días —confesó alegre—, mi papá me acaba de llamar informándome que todo está listo pasaremos fiestas aquí.

—Oh... —murmuré—, me alegro.

Silencio.

Antes había añorado tanto el silencio, que ahora, lo tenía tan cerca me asfixiaba no poder soltarlo. El silencio había pasado de ser un privilegio, a una tortura.

—Yo..., bueno mi abuela dice que si quieres puedes venir con ellos —llegó al punto.

—¿Te gustaría? —pregunté.

—Mucho —afirmó—, me gustaría poder verte, Younha.

Me mordí el labio inferior, aguantando las lágrimas que querían salir.

—Taehyung... —balbuceé—, yo no lo sé.

Sentía mis mejillas arder, y mis gafas ya estaban empañadas.

—Younha —llamó—. Lo que yo siento sigue siendo lo mismo que hace un año y medio. Nada ha cambiado,

Miré el cielo, el atardecer ya estaba siendo parte de este, sonreí.

—Younha, yo te amo —balbuceó con la voz un tanto seca.

—Yo no —repliqué—, no de la misma manera que antes.

—Younha... —pidió.

—Taehyung, quiero terminar con esto —informé.

—Younha, por favor —rogó.

No respondí.

—Lo lamento —finalizó, para luego terminar la llamada.

Taehyung

Era finales de primavera cuando llamé a Younha; ese fue el día que las luciérnagas dejaron de brillar.