✧ love me again» BTS; taehyung ✧

t r e i n t a y c u a t r o

¡Hola!

Solo quería agradecerles por todo este tiempo que han estado acompañando a Younha y Taehyung. tenía esta historia guardada en mi cabeza por unos dos años. Y, recién el año pasado, durante la cuarentena, decidí que era momento de darle forma a esa historia que no me dejaba dormir. Espero hayan disfrutado de mis niños, tanto como yo escribirlo. Les tengo una sorpresa, pero no diré nada por el momento. ¿Qué es de una sorpresa si se sabe antes de tiempo? Lo más probable es que haga un anuncio la próxima semana, así que, estén atentos. Bueno... disfruten del último capítulo de SY, y de el epilogo, no me maten.

Nos leeremos pronto, lo prometo.

Younha

Las calles de Daegu estaban completamente transitadas. Las automóviles iban de un lugar a otro. Perdí la vista en el parabrisas del autobús, habían pasado unas cuantas cosas desde que Taehyung y yo nos vimos por última vez. Aquel día en el aeropuerto, fue la una de las pocas veces que me sentí completamente feliz.

Las clases por fin habían culminado, ya no tendría por qué madrugarme, o sufrir de ataques de ansiedad cada cinco minutos.

Hace unas semanas había tenido una fuerte discusión con mis papás, habían encontrado mis cuadernos, libros, y todo lo relacionado a la carrera que quiera estudiar. Por lo visto, no les ha sentado del todo bien, que su única hija, no quiera estudiar una carrera que ellos piensan que es la mejor. Para ser honesta, puede que Moda no sea una muy buena opción, pero es algo que a mí me gusta, algo que me hace sentir bien, es lo que yo quiero. Mi mamá ha escondido todos mis cuadernos con mis diseños, y me ha obligado a devolver los libros que había pedido de la biblioteca.

A veces son tu propia familia quienes te hacen sentir mal contigo mismo, solo por ser quién eres.

Taehyung

Younha no estaba de ánimos, tenía una actitud muy borde desde hace días, y no sabía por qué. Las conversaciones por KakaoTalk ya no eran como antes, y, de hecho, no la culpo de todo. La última vez que hablamos, me comentó que sus papás se habían puesto insoportables sobre su decisión por estudiar Moda. Me hubiera gustado ayudarla de alguna manera, pero ¿qué puede hacer alguien como yo?

Puede que, en un futuro, Younha y yo nos volvamos a ver otra vez.

Seúl es completamente diferente a Daegu, casi todo cuesta el doble, ya no me puedo dar los gustos que quiero, tengo que calcular bien mis gastos semanales. Estuve pensando en hacer una video llamada con Younha, la extraño mucho. Ha pasado casi medio mes, desde nuestra despedida en el aeropuerto.

—Hyung —llamó Jungkook, por detrás de la puerta —. Tenemos ensayo en quince minutos.

—Ya voy —suspiré.

—Ella estará bien —dijo mi amigo, para luego irse.

Younha

—Leíste los libros más rápido de lo previsto, Im Younha —felicitó la señora Mai Pyoah.

Se podría decir que habíamos establecido una especie de amistad. A veces me invitaba unas tasas de té, ya que a ella no le gustaba la manzanilla, y a mí el café.

—Creo que, si sigo así, mi vista empeorará —bromeé.

Ella me regaló una leve risa.

—Hasta luego —me despedí.

Casi la mayor parte del tiempo me la pasaba deambulando por cualquier lado, tomaba algún autobús, y deseaba poder perderme. Me sentía muy sola, incapaz de poder seguir, poco a poco mi yo se estaba apagando, me había quedado sin amigos, mi novio estaba en una ciudad que estaba a unas tres horas de distancia.

Taehyung

—Un café y un donut —pidió el señor.

Asentí, y me despedí con una reverencia.

Hace poco más de una semana que había comenzado a trabajar en una cafetería, la paga era buena.

Trabajaba con Yoongi, y un amigo de él fue quien nos ayudó a poder conseguir el empleo.

Preparé el café, coloqué un donut en uno de los platos de mármol y fui hacía el cliente.

El señor le dio un sorbo su café.

—Te dije que lo quería sin azúcar —se quejó.

Asentí, hice una reverencia en modo de disculpa, y fui a para cambiar su pedido.

Younha

—Buenas tardes, Younha —saludó la abuela de Taehyung.

Algunos días solía ir a su casa, me traía buenos recuerdos.

Hice una reverencia antes de entrar.

—¿Cree que puedo estar en el cuarto de Taehyung por unos minutos? — pregunté, mientras me quitaba el calzado.

—Por supuesto —respondió la abuela de Taehyung.

Agradecí internamente, y subí por las escaleras, hasta llegar al cuarto de Taehyung.

Abrí la puerta, sus cosas estaban intactas, todo estaba acomodado como la última vez que estuve allí. Cerré la puerta, la melancolía se apoderó de mí, que con solo echarme en la cama de Taehyung, las lágrimas comenzaron a salir. Añoraba el inicio de año, el modo en el que había comenzado todo. Abracé la almohada de Taehyung, y cerré los ojos.

Me hubiera gustado no volverlos abrir, el mundo de los sueños es un lugar del cual, me gustaría poder formar parte por siempre.

Taehyung

Después de rogarle a Seokjin, para que me dejara su laptop por unas horas, accedió.

Eran más de la medianoche, cuando decidí llamar a Younha, sería un milagro si decide contestar.

—¿Aló? ¿Quién es? —escuché.

—¿Ya no tiene mi número agendado? —pregunté.

—¡Taehyung! —chilló Younha.

Solté una leve risa.

—Así es —balbuceé—. Enciende tu computadora, haremos una video llamada.

—¿Qué? ¿Ahora? —preguntó sorprendida.

—Sí.

—Pero no estoy lista, parezco un muerto.

—Te llamo en cinco.

Younha

Encendí la computadora, y esperé a que Taehyung hiciera la video llamada. Tendría unos cuatro minutos para maquillar, así que no tenía tiempo que perder.

—Y dime ¿cómo están las cosas por allá? —preguntó Taehyung.

—Bien —mentí.

—Me alegro mucho —dijo, para luego regalarme su sonrisa cuadrada—. ¿Tus papás ya han asimilado sobre la carrera que quieres estudiar?

No dije nada, pude sentir como unos pesados silenciosos dos minutos pasaron.

—Nunca dejes atrás tus sueños, aun cuando todos los demás crean que es imposible —dijo Taehyung.

—Hyung, ya duérmete, hacen mucho ruido —se quejó alguien.

—Cállate, Jungkook —reprochó el otro.

Taehyung se golpeó la frente.

—Disculpa —dijo—. Mis amigos se toman enserio lo de sus horas de sueño.

—Ya me lo imagino —mascullé.