Capitulo 1

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Víctor recordaba con dolor el día que cambio su vida, su familia había emigrado en busca de protección, habían sido cuidadosos tiñendo sus cabellos plateados que los había hecho presa de una cacería sin sentido, muchos de sus familiares ya habían sido sacrificados y sus padres en un intento por no ser los siguientes se mudaban continuamente para no ser descubiertos.

Fue cuando llegaron a ese pueblo tan hermoso, Hasetsu era un lugar dotado de gran belleza y gran prosperidad para todos sus habitantes, se habían quedado en ese lugar pensando que por fin habían encontrado el lugar donde vivir permanentemente, pero él en esa época con solo 14 años había sido descuidado y no entendía del todo la seriedad de ocultar su cabello plateado, confió en un amigo mostrándole un mechón de su pelo que empezaba a despintarse, y no paso demasiado cuando una turba de gente se hallaba reunida fuera de su casa persiguiéndolos.

Sus padres fueron aprisionados y el no pudo escapar, escucho los ruegos de su madre por que no le hicieran nada.

- deberían estar felices por ayudar a este lugar que tanto les ha dado- hablo un hombre que vestía ropa religiosa

-puede hacer con nosotros lo que quiera, pero mi hijo...-dijo la mujer en un ruego- es solo un niño

-un niño hermoso al que no le queda ese color de cabello-dijo jalando de los largos cabellos teñidos de Víctor.

El hombre saco una daga que paso por el cuello de Víctor que en ese momento ya se hallaba completamente aterrado, la paso por el pecho rasgando la camisa para presionar un poco en el pecho haciendo que un hilo de sangre cayera, en un acto que se le hizo repugnante el hombre lamio la sangre de su pecho, sin poder evitarlo orino del pavor, sintió como lo aventaban al suelo aun estando amarrado sin poder levantarse.

-mañana haremos el ritual, deben de sentirse orgullosos de ser el sacrificio para Dios, morirán para el y a cambio él nos dará bienestar

Fueron llevados a una celda de vigas de madera, su padre trato de abrir sin éxito.

-mama? ¿Por qué nos hacen esto? ¿Hicimos algo malo? - pregunto Víctor aun aterrado

-no hicimos nada- respondió su madre acariciando su cabello- escucha Vitya seguramente nos llevarán primero a nosotros, debes ser fuerte, no te harán daño te necesitan bien

-que pasara con ustedes? ¿Por qué nos quieren sacrificar?

-es por nuestro color de cabello, existía una leyenda que decía que los albinos traen suerte así que nos han cazado por una infinidad de tiempo para ser sacrificados a su dios

-y nuestro dios? ¿Por qué no nos protege? - respondió llorando

Su madre no supo que decirle solo lo abrazo fuertemente mientras veía el tiempo pasar a través de una pequeña rejilla.

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Al día siguiente se les baño para quitarles el tinte del cabello, las mujeres encargadas de esa labor se habían sorprendido por el hermoso plateado que tenían los tres, se les alimento cuantiosamente, no despreciaron la comida sabían que seria la última, al anochecer entro un hombre anciano ataviado en un traje ceremonial, mientras pedía que sacara a ambos adultos de ese lugar fueron desnudados frente a todos y vestidos con un pulcro kimono blanco, tan hermoso, que ironía pensaron ambos adultos.

-déjenos despedirnos de nuestro pequeño-dijo la madre de Víctor sollozando, a lo que el hombre se los permitió, después de todo estaba separando a una familia, pero era para un bien mayor se repetía el hombre buscando consuelo en sus palabras pensando que estaba haciendo lo correcto.

DESTRUYENDO TU MALDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora