Capitulo 4

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Seguía de pie en medio de aquella masacre, parpadeo varias veces sintiendo que había salido de un trance, sintió sus rodillas fallar cuando se hallo cubierto de sangre, miro a su alrededor sintiendo nauseas, vomito ante la imagen tan grotesca de los cuerpos con expresiones aterradas, el escozor de su garganta no menguaba, se paró tambaleándose para acercarse al rubio, volteo el pequeño cuerpo.

-yura, yura- sollozo- por favor abre los ojos, no me hagas esto, ¿por qué te atravesaste? no debías- dijo liberando mas lagrimas

- ¿Víctor? - hablo el cura que al ver a yura corrió hacia el- esta...

-se atravesó, ¿por qué? No quería nada de esto

-todavía podemos- susurro- vamos- dijo levantando el pequeño cuerpo

Corrieron hacia la capilla, el cura dejo a yura sobre el altar, Víctor vio que revolvía varias cosas como buscando algo, sacó una piedra de un color rojo profundo, mientras sacaba un cuchillo con una hermosa empuñadura de piedras preciosas, y algo que parecía una tiza.

-todavía podemos salvarlo- dijo mirándolo- pero necesitamos tu sangre

- ¿mi sangre? – dijo dudando- quiere... ¿quiere hacer lo que venia en los libros, convertirlo en un sirviente?

-es diferente, usaremos esto- dijo mostrándole la piedra- debes decidir Víctor, podemos salvarle la vida a cambio de un precio, no hay tiempo de explicar, lo harás o lo dejaras

Víctor dudo un poco, no entendía nada, pero lo único que le importaba en ese momento era que el rubio podía salvarse

-lo hare- dijo acercándose

El cura hizo unos pequeños símbolos que parecían flores con la tiza, en la frente, y en el pecho a la altura de su corazón, después golpeo la piedra varias veces hasta que se partió, solo era un pequeño fragmento, menos de un tercio de la piedra original, tomo la muñeca de Víctor haciendo un corte lo suficientemente profundo para que la sangre saliera rápidamente, acercando una copa para recogerla, vertiendo también un poco de su misma sangre y aventó el trozo de piedra dentro de la sangre, Víctor observo como la sangre se volvía de un tono rosado brillante, el cura, se acerco a yura posando la copa en sus labios, obligando al cuerpo inconsciente que bebiera, vertió el resto en la herida, alejándose.

El ambiente estaba completamente en silencio, parecía que los ruidos se habían detenido por completo, Víctor sintió como si un latido retumbara en todo el lugar, se toco su pecho conmocionado, el latido no era suyo, pero lo sentía en todo su ser, miro a todos lados parecía que el latido venia de la capilla.

-aaahhhhhhhh-grito yura

-sostenlo- grito el cura, pidiéndole ayuda, al ver que el pequeño cuerpo convulsionaba mientras lanzaba gritos agónicos, después unos minutos que le parecieron una eternidad, yura se levantó sentándose, su mirada se veía perdida, no hacía nada

-yura...-susurro Víctor acercándose

-Víctor...-dijo volteándolo a ver- es-estas bien...que...ali...vio- dijo para después desmayarse

-estará bien- dijo el cura mientras empezaba a recoger las cosas que había sacado

Guardo cada cosa cuidadosamente, mientras Víctor acariciaba la mejilla del rubio, miro la marca una flor de 5 pétalos, parecía parte de su piel, paso su pulgar para limpiar la marca, entonces se dio cuenta de que estaba marcada en la piel, ¿Cómo era posible? Parecía un sello, la tiza era solo tiza ¿no?

Vio al cura que salía de la capilla, se decidió a seguirlo

- ¿que hizo? ¿porque la marca esta grabada en su piel? - dijo levantando su mano señalándolo- si no me lo dice...- dijo amenazante, no sabía como había usado los pétalos, pero el cura no tenia por que saberlo

DESTRUYENDO TU MALDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora