Capitulo 18

109 11 10
                                    


Yura corrió feliz hasta la casa, se detuvo un momento frente a la puerta recuperando el aliento, peinando un poco sus cabellos rubios por el esfuerzo de correr lo más rápido que podía, abrió la puerta emocionado, y con una gran sonrisa, para detenerse de pronto.... ese no era Víctor.

******

Otabek corrió lo más rápido que pudo, al llegar noto que el rubio ya no estaba, se asomo con cuidado por la ventana viéndolo sentado en la mesa, pero sonriendo y pareciendo que hablaba con alguien, saco su arma y entro apuntando, haciendo un gran escándalo que solo logro que el rubio brincara en su asiento mirándolo acusador por haberlo asustado.

- es de mala educación entrar así – regaño el rubio

Otabek lo ignoro para mirar al hombre que se hallaba en la casa, era un hombre algo anciano ya, pero estaba cocinando frente a la estufa como si la casa fuera suya.

- ¿Quién es usted y que hace aquí? – pregunto aun a la defensiva sin bajar el arma

-el abuelito conoce a Víctor – dijo el rubio feliz

Otabek casi bajaba el arma, pero recupero un poco la compostura, debía saber primero si en realidad lo conocía y si no era algún enemigo.

-lamento interrumpir así en su hogar, pero llegue hace algunos días y no había nadie, así que pensé en esperar- dijo el hombre sonriendo para llevar la comida a la mesa

-es estofado- dijo el rubio- comamos primero

-no tiene nada extraño- dijo el hombre comiendo la comida- y soy muy anciano para pelear- dijo con una risita

Otabek veía a ambos comer, debía seguir alerta ante cualquier situación, el silencio reino un momento hasta que el hombre aparto un poco su plato de comida.

-hace unos meses mientras cazaba de noche, vi emerger dos cuerpos del rio- empezó el anciano- un platinado, y un pelinegro, ambos se veían en muy mal estado, pero el chico hizo algo, mmm...tal vez no me creas, pero se comieron una piedra

- ¿una piedra? ¿era roja? - pregunto Otabek viendo asentir al hombre

-me acerqué cuando vi que el chico se derrumbaba, pensé que estaba muerto, pero seguía repitiendo "por favor, no mueras por favor"

Otabek bajo el arma, sintiéndose acongojado, pensando en que si tal vez hubiera seguido el cause y no hubiera lamentado tanto tiempo, tal vez los hubiera encontrado aún.

- ¿ellos....?- quiso preguntar, pero un nudo se instaló en su garganta

-están vivos- dijo el anciano- no se cómo, estaba seguro de que habían muerto, quise darles al menos una sepultura digna, pero empezaron a respirar de pronto, vaya susto que me dieron, casi me muero ahí mismo- rio el anciano

-no entiendo si estaban vivos ¿Por qué ha venido hasta ahora? -pregunto el pelinegro dolido

-vivo dentro del bosque, con un grupo de personas- dijo el hombre serio- tal vez no lo notas, pero soy un albino, al igual que los que viven conmigo, me aventure a salir por que nuestra única forma de disfrazarnos y vivir tranquilos es cuando nos llega la vejez, hace difícil que te reconozcan, y recientemente vimos que han empezado a tratar de cambiar las cosas, y Víctor me dijo que seguro era por tu causa

-Otabek me mentiste- dijo el rubio- dijiste que Víctor estaba contigo en un lugar, que lo traerías cuando se pusiera mejor, me mentiste- dijo molesto el rubio

-yo no quería- dijo tratando de acercarse al rubio que lo miro aun mas molesto- pero pensé que lo mejor era que siguieras pensando que estaba bien y que pronto llegaría

DESTRUYENDO TU MALDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora