#9 Señora Kersh

732 65 11
                                    

—Entonces iremos... a... ahí... 

"Ahí" No hogar, era como ambas intercambiaban miradas antes de comenzar a tomar ese rumbo en particular. En como cada una por su parte rememoraba cosas, muchas de ellas que posiblemente continuaban atormentándolas en dichos días de sus vidas. 

—Estaremos bien — menciono (t/n) intentando sonar positiva —, iremos directamente al grano, saldremos lo más pronto posible de ese sitio. 

—Vamos, prefiero terminar con esto lo más pronto posible.

(t/n) sonrió, asintiendo, entrelazando su brazo con el de su hermana Beverly para comenzar a caminar, dándole una mirada de despedida al resto. Su mirada cayendo en Eddie, entregándole una sonrisa nerviosa, una que el mismo hombre fue incapaz de devolver, sintiéndose completamente angustiado acerca de que tuvieran que separarse. Y si Richie en esos momentos hubiese estado a su lado le hubiera mencionado que si no dejaba de mirar fijamente a la chica se le caerían los ojos. 

—Te veo después... — susurro para si mismo Eddie —.

Ella no fue capaz de escuchar, atrapándose en una conversación con Beverly, ambas en sus propias burbujas. Caminando, como si volviesen a tener trece y doce años, como si volviesen en el tiempo. Eddie por su parte estaba detrás, quedando en la distancia con su mirada en ella, recibiendo un pequeño toque en su hombro que le hizo despertar, girando su mirada para hallar a Ben de pie a su lado con una sonrisa amable. 

—¿Podemos hablar un momento? 

—Claro, soy todo oídos Ben. 

—He notado una cosa en particular — sonrió el hombre, notando como Eddie luchaba por no girarse a mirar a (t/n) —, como miras a (t/n), como la proteges. Y creo que es correcto que te mencione que si ella te gusta, deberías intentar dar un paso.

—¿Qué? No, no puedo hacer eso, ella...

—No me haz dejado terminar — rio Ben —, ella te adora Eddie, desde que era una niña, en como te miraba, a (t/n) le gustas, y creo que esas emociones siguen aún con ella. 

—¿Desde niños quieres decir? 

Ben asintió sin agregar mucho más, palmeando el hombro de Eddie mientras se marchaba a su propio destino. Dejando a Eddie parado en silencio en donde estaba, se sentía como un completo idiota ahora que la información parecía estar completa, una muy clara oportunidad con ella desde esos entonces, temiendo al rechazo, temiendo... ocultando sus verdaderas emociones cuando tuvieron que marcharse. 

Lidiando con que nunca se lo confeso. 


(t/n) había divagado poco en los interiores de su habitación, tardando mucho menos que su hermana Beverly para ahora encontrarse sentada en el sofá con sus manos vacías, completamente decepcionada de si misma tras ser incapaz de encontrar lo que fuese que fuera su artefacto. Beverly había guardado sus cosas en su bolsillo, con las miradas de (t/n), con tristeza cuando fue incapaz de encontrar algo suyo, como si simplemente hubiese sido tragado por la tierra. 

—Hace mucho calor en esta época del año, ah... — menciono la señora Kersh tomando asiento frente a ambos —. 

—Esta bien — contesto Beverly —.

—Se siente como si fueras a morir, pero ya saben lo que dicen de Derry, el que muere aquí no muere en realidad. 

Perturbador era una palabra que se quedaba corta ante lo que paso en esos momentos, como si fuese una fotografía que mirabas, en como la sonrisa, sus ojos, todo se paralizo en la mujer frente a ambas, sin siquiera parpadear. (t/n) y Beverly intercambiaron una mirada, técnicamente la menor sintiéndose completamente incomoda ante ello, nerviosa, con sus manos temblorosas en su regazo incapaz incluso de tocar su taza de té temiendo dejarla caer al suelo. 

—Pero cuéntenme, ¿Cómo se siente volver a Derry?

—Es lindo, y extraño.

—¿Extraño, oh vaya, por qué extraño?

—Es como si... — (t/n) intento decir, pero sus palabras quedaron en el aire —.

Antes incluso de que la extraña señora Kersh hablara hacia (t/n) sonó el horno de la cocina, con ella poniéndose de pie prontamente con una sonrisa en su rostro.

—Metí unas galletas al horno antes de que llegaran, quédense aquí. 

—Ah, no, no quiero molestar — hablo Beverly —.

—No, no, no, insisto.

Se mantuvo quieta en el sofá con el pensamiento de porque no encontraría su artefacto en casa, en como sentía que le fallaba a Mike cuando volviese con las manos vacías. Ignorando que Beverly se había puesto de pie con curiosidad por el alrededor, ignorando todo aquello, atrapada en esos pensamientos que la hacían mantener una expresión de preocupación, como si pudiese llorar.

—Señora Kersh, ¿es su familia?

—Si querida, mi padre llego aquí a este país con doce dólares, y no pedía limosna como últimamente hacen la gente que viene aquí. ¿Sabes que hacía?

—¿A que se dedicaba? 

—Mi padre trabajo en el circo.

Atrapada en sus propias ideas casi salto cuando noto algo cayendo al suelo, sus ojos (c/o) siguiendo a donde había caído al suelo, en tonos violetas, sus ojos agrandándose con una grata sorpresa, su mano bajando para alcanzarla. Ignorando todo lo que pasaba a su alrededor, como si no existiese nada, como si fuese ajena. Estaba sonriéndole a la flor entre sus dedos, aquella flor que rememoraba Eddie Kaspbrak coloco con gentileza en su cabello, sonriendo con ese cariño y emoción. Ignorando, o quizá como algo que Pennywise era capaz de hacer: Cegarla. 

—¡(t/n)! 

Grito Beverly con desesperación a su hermana menor que no parecía oír su llamado, incapaz de ver que la señora Kersh era solo una trampa provocada por eso. Y odio comenzar a correr por inercia, queriendo escapar con vida de ese sitio, odio que sus piernas se movieran, dejando atrás a (t/n).

Técnicamente la señora Kersh rio señalando que (t/n) estaba cegada en esos momentos, incapaz de poder ayudarla. Y no era nada nuevo para Beverly, eso había cegado a su hermana menor constantemente en el pasado, haciéndolo a propósito para simplemente debilitarla mucho más, haciéndola creer que estaba loca de no ver lo que Beverly le señalaba. 

Cegándola para poder atraparla en sus garras.

Una vez fuera del edificio Beverly se encontró con la sorpresa de que todo el edificio era una zona completamente abandonada. Incapaz de saber que hacer, corriendo, queriendo correr por ayuda, alguien que pudiese ayudar a su hermana a salir de ese sitio. Pero no importaba cuanto llamaba, eso pareció manipularlo todo para que nadie contestara, corriendo en la búsqueda de alguien, porque era su única opción correr con prisa.

Tenía que sacar a (t/n) de ahí.

—Tu hermana es un tanto mal educada — comenzó la señora Kersh —, se marcho sin decir ni una sola palabra.

(t/n) parpadeo en confusión aún aferrándose a la flor con sus manos, pero ahora su mirada estaba en la señora Kersh que estaba sentada nuevamente a su lado, con la bandeja de galletas sobre la mesa, con un aspecto apetitoso. (t/n) sonrió a la mujer sin saber como responder correctamente, llevo una de sus manos hacia la bandeja de galletas, a punto de tomar una, recibiendo de pronto un fuerte palmetazo en dicha mano por la mujer frente a ella que tenía una siniestra sonrisa en su rostro.

Mucho más nerviosa ante estar a solas con esa mujer, cohibida, sintiéndose débil cuando estaba sola en ese departamento. Su mano con un tono rojo ante el repentino golpe, mantenía sus ojos en la mujer, como un pequeño cachorro asustado. 

—Pero... — inicio la mujer sin dejar de sonreír — ¿tú haz sido siempre la obediente de papá, no? 

Beautiful Ghosts {Eddie Kaspbrak & Lectora} It 2 - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora