Beautiful Ghosts {Eddie Kaspbrak & Lectora} It 2 - Finalizada

Final: #16 Vamos a casa

Al mismo momento: Mike cayo de las garras de eso con dolor rodando a un lado. Bill había salido del charco de agua mostrándose completamente empapado. Pudo notar a Beverly cubierta con sangre, cada uno de ellos mirando directamente a Pennywise. 

—Tenemos que hacerlo pequeño.

Exclamo (t/n) sin soltar la mano de Eddie en ni un solo momento. Fue una idea que vino a su cabeza, en como pensó en aquellas paredes cerrándose en si misma. Disminuyendo su tamaño, aquella idea apareció como un faro que la guiaba a tierra firme. E incluso el mismo payaso escucho su mención, mirándola fijamente.

—¿Yo pequeño? — pregunto el payaso posando su atención en ella — ¡Soy el devorador de mundos! 

—¡Por aquí! — gritó Bill —.

Todos escucharon, apresurándose a seguirlo. Corriendo, y adentrándose a un sitio donde podían detenerse unos momentos a pensar en una estrategia para que pudiesen detenerlo de alguna manera. Y seguían a Bill dentro, a punto de adentrarse por un sitio más pequeño por el cual eso ni siquiera podría adentrarse cuando Eddie se quedo quieto, haciendo que (t/n) le mirase con preocupación.

Creyendo que algo estaba mal.

—Cuando vi al leproso — comenzó, obteniendo la atención de todos ellos —, lo comencé a estrangular. Y sentía como lo hacia pequeño, lo hice pequeño. 

—Hay más de una forma de hacer a alguien pequeño — dijo Mike —.

—Haciéndole creer que lo es — completo Beverly —.

Intercambiaron una mirada entre todos; como si mirarse les diese la fuerza de ir a pelear. Asintieron, listos. La mano de Eddie un tanto más firme la de ella, sabiendo que iba a estar de su lado, que no quería atreverse a soltarla nuevamente. Y ella simplemente acepto, apretando la mano de él. 

—¡Soy el devorador de mundos! — volvió a mencionar Pennywise —.

—No — dijo (t/n) sin temblar de miedo —, solo eres un payaso que no hace reír a nadie.

—No eres nada — continuo Eddie —.

—Eres una anciana débil — siguió Beverly —.

—¡El devorador de mundos!

—No para nosotros, eres un payaso — dijo Mike —.

—¡Impostor! — le grito Bill —.

—Un niño sin cabeza — menciono Ben —.

—¡Eres un payaso idiota! — grito Richie —.

—¡Un maldito payaso tonto!

—¡Payaso! 

Gritaron al unísono, una y otras vez. Notando un cambio en el susodicho que escuchaba cada comentario que le lanzaban. Y se sintieron mucho más seguros de si mismos cuando vieron que empezaba a retroceder lentamente, con ellos avanzando, acorralándolo y sin dejar de gritar. Ya no pensaba en atacar; solo escuchaba. Se adentro al centro de todo el sitio, sin salida, no podía escapar de ellos.

Ni hacer oídos sordos. Pronto su tamaño paso de ser uno más inferior al de ellos mismo, incapaz de moverse siquiera, recostado en el suelo en un tamaño de un niño muy pequeño. Y verdaderamente ni uno de ellos sintió miedo a su imagen.

Estaban serenos.

—Un payaso, con un corazón temeroso.

—Crecieron... ya ninguno tiene... miedo.

Sin ni un cuidado cada mano se poso sobre la de Mike, aplastando entre todos el corazón de Pennywise. Su último latido, su último respiro, y entonces todo eso se había terminado. Los tiempos de temer se habían terminado finalmente. En lo alto de la cueva las luces de la muerte se extinguieron. Y miraron a la forma de eso sin vida, comenzando a deshacerse sin más, con el suelo temblando bajo sus pies.