#10 Henry Bowers

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(t/n) no pudo siquiera evitar el escalofrió que le recorrió la columna vertebral ante escuchar las palabras "Obediente", era una palabra que solía oír a menudo de su padre. Siquiera rememorar todas las cosas que solía hacer con ella o Beverly la dejaba paralizada de miedo; aquellas ocasiones en donde estaba tan molesto sin razones aparentes, o porque sin querer no limpio bien algo, o aquella vez que rompió un plato acabando con un golpe en la cara. Solía encerrarla en su habitación todo el tiempo que podía, encerrándola con llave, como si fuera cenicienta, pero mucho peor al incluso dejarla todo un día entero en donde ella podía estar golpeando, llorando y gritando para que la dejase salir. 

Aquellas ocasiones en donde la tocaba, todas esas ocasiones en donde se sintió sumamente asqueada con su propia imagen. Y que incluso fingiría frente a todo el club de los perdedores una sonrisa cariñosa, porque contar la verdad no le parecía una opción, pedir ayuda no le parecía una opción cuando su mente gritaba que quizá pensarían mal de ella. 

—Vaya, esa es una hermosa flor la que tienes ahí — le menciono pronto la mujer, observándola con atención —, ¿de donde la obtuviste? 

—Me la regalo un amigo... — contesto con suavidad —.

Desviando su atención a la flor entre sus manos le parecía una mejor opción a mirar a la mujer sentada frente a ella. Sin notar que pronto ya no era la mujer que estaba sentada frente a ella, no era ella. 

—Con que... un amigo. — era Alvin Marsh —.

Los ojos (c/o) de ella subieron pronto para ahora mirar con terror a su padre sentado frente a ella. Noto como sus propias manos temblaban violentamente ante la mera presencia de su progenitor frente a ella, creyendo que simplemente no volvería a verlo nunca más, creyendo, pero ahí estaba el hombre, sentado frente a ella. 

Como si nunca hubiera muerto.

—Y dime, ¿por qué no me has contado de ese amigo, por qué me lo ocultaste? 

—T-Tú... no eres real. 

—¿Por qué me ocultaste esto? Acaso... ¿tú y ese amigo están haciendo otras cosas? 

No contesto, se levanto temblando, aferrándose a la flor como si su vida dependiera de esta misma, como un faro que la guiaba a la salida. Alvin se levanto tan pronto como vio que (t/n) se había levantado, ella dio solo unos pasos hacia atrás, con el hombre siguiéndola a cada paso que estaba dando, adentrándose a una cocina abandonada. Mirando a todas partes mientras con una sola mano sostenía la flor, buscando algo con lo que defenderse, sin embargo Alvin consiguió atraparla desde el cabello, arrojándola con fuerza hacia el suelo, un grito de dolor escapándosele tras caer abruptamente. 

—Dime que aún eres mi niña obediente. 

Silencio, no quería contestarle cuando su voz podría temblar, con sus ojos buscando desesperadamente algo que la ayudase a escapar de esa situación.

—¡DIMELO! 

—No.

—¿Qué dijiste? 

—¡Dije que no! 

Grito, así como tan pronto como dijo esas palabras los dedos del hombre se movieron con prisa hacia el vendaje de la chica, presionando con fuerza a una de las heridas, abriéndola, provocando un grito de dolor en (t/n) mientras unas pocas lagrimas se deslizaban, respirando con prisa, con una de sus piernas tomo un impulso para patearlo. Y tomo la oportunidad para deslizarse lejos de él, levantándose y corriendo por el abandonado departamento, corriendo hacia la puerta. 

Corriendo sin siquiera atreverse a mirar hacia atrás, abriendo la puerta para salir con toda la prisa del mundo. Cerrando la puerta frente a las narices del hombre, prácticamente a salvo en la luz del día. 

Beautiful Ghosts {Eddie Kaspbrak & Lectora} It 2 - FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora