XIII. Amigo Secreto

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   La cara de preocupación de cierta castaña comenzaba ya a preocupar a su prima, mientras ésta detallaba cierto cansancio en aquellos ojos esmeraldas y una piel no tan radiante. Unas semanas tenía ya de ver siempre lo mismo todos los lunes mientras compartían su almuerzo en la universidad. Había esperado pacientemente que su mejor amiga le contara algo, pero parecía que se lo iba a tener que sacar a cucharadas. 

—Sakura… 

—Mjmm

—Sakura… 

—Mmm

—¡Sakura! 

—¡Ah! ¿¡Que pasa Tomoyo casi me da algo!? —la castaña se levantó de golpe mientras salía de su somnolencia y veía a su prima con enfado quién solo le sonreía—. Te di un tiempo prudencial pero sé que algo te pasa y me lo vas a decir —Sakura suspiró, sabía que no podría ocultar lo que le pasaba por más tiempo—. Todos los lunes te ves así y me consta que te duermes temprano los domingos, ¿que ocurre Sakura? 

Viendo el semblante ahora preocupado de su prima, la esmeralda solo suspiró mientras intentaba pensar como iba a explicar aquello. 

—Estoy… saliendo con alguien… 

—¡Ohhh Sakura! ¡Te escapas los domingos en la noche para verte con alguien! —Sakura no pudo determinar si lo que veía en la cara de Tomoyo era asombro o picardía. 

—¡No! Bueno si, pero no de esa manera… es complicado… estoy saliendo con alguien… en mis sueños —la cara de su prima en ese momento fue una completa invitación a continuar con la explicación—. Todos los domingos sueño con el mismo chico desde hace meses y pues, casi se ha convertido en citas semanales —Tomoyo aún no sabía como reaccionar y la castaña comenzó a sentir vergüenza de lo rara que era la situación—. Por favor, Tomoyo di algo, sé lo patética que sueno diciendo que estoy enamorada de un sueño. 

—Ohh… estas enamorada… 

La esmeralda se sonrojó a más no poder, la frase había salido casi en automático sin pensarlo mucho. 

—Él es… especial. 

—A ver Sakura, ¿estas segura que no es un sueño lúcido? Siempre los has tenido, podría ser otro de esos —la castaña negó con su cabeza. 

—No Tomoyo, cuando tenía los sueños lúcidos sabía que era un sueño, lo controlaba, pero esto es diferente, es como si cuando cierro los ojos me transportó a otro lugar, ahí con él… 

La amatista lo pensó por un momento, toda esta información estaba difícil de digerir, así que mientras su cabeza armaba todo, decidió indagar más. 

—¿Y como es? ¿Que tal han sido las citas? 

La castaña seguía sonrojada pero sentía que hablar del asunto la liberaba un poco. 

—La primera vez casi me mata de un susto. Estaba en un jardín lleno de árboles cerezos, parecía un hanami pero no había nadie, solo yo. De la nada surgió una voz a mis espaldas saludandome y di un brinco del susto. Cuando miré hacia atrás pude ver un chico de nuestra edad, su cabello castaño acariciaba su rostro de manera rebelde y sentí aquella mirada ámbar brillante, y una sonrisa… Tomoyo… nunca vi una felicidad tan genuina. 

—Me enamoré solo con ese encuentro —las risas de Tomoyo hicieron rodar los ojos de su prima quién aún seguía avergonzada—. ¿Y como se llama el chico?

—No lo sé… me dijo que si decíamos nuestros nombres reales la conexión se perdería para siempre. Me dijo que le dijera Lobo así que yo le dije que me dijera Flor. 

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