XIV. Años

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El sonido del aceite  en contacto con los vegetales a freír,  el pitillo del humo que sale de la vaporera y el sonido de los diferentes utensilios al chocar contra el metal de las ollas era algo que se había vuelto completamente familiar para Sakura. Desde que la esmeralda había aceptado mudarse con su ahora prometido, el sonido de la cocina se había convertido en su rutina diaria.  

Si bien Sakura adoraba cocinar, Shaoran era el chef principal del restaurante más importante de la ciudad por lo cual era él quien siempre estaba preparando o probando diferentes recetas que ella hacia el enorme sacrificio de probar. Es por eso que la rutina de las mañanas era despertar para encontrarse con un Shaoran que preparaba un abundante  desayuno para compartir junto a ella. 

Aquel día era un primero de Abril, su cumpleaños,  por lo que Sakura sabía que le esperaba un desayuno más ostentoso de lo usual. 

—Buenos días, la comida estará  lista en tres minutos —comentó el castaño al ver a su soñolienta prometida acercarse para darle un corto beso y luego sentarse en el desayunador. Shaoran notó el leve puchero que realizó Sakura al no escuchar una felicitación de cumpleaños pero había decidido que podría molestarla un rato para variar y hacerse el desentendido.

—¿Qué  comeremos  hoy? —preguntó mientras veía los diferentes ingredientes meticulosamente  organizados, pero sorprendida al ver que no había ni tarjetas de regalo o indicativo de alguna sorpresa. 

—Encontré una receta de unos pancakes super esponjosos que no podía pasar por alto. Esperemos que te agraden —Sakura solo le dedicó una mirada y luego una leve sonrisa mientras Shaoran volvía a retomar sus labores.

Habían pasado más de catorce  años desde que eran pareja. Un amor de infancia que fue evolucionando poco a poco pasando por épocas difíciles como lo fue la adolescencia  o los primeros desafíos de la adultez. Un amor que conocía altos y bajos, lágrimas y sonrisas además de temores y esperanza. Dejando de lado el aparente olvido de su cumpleaños, la esmeralda veía fascinada como aquel niño de diez años malhumorado  y callado se había convertido en el hombre frente a ella, como aquellas facciones siempre serias habían dado paso a diferentes emociones donde la alegría era una de las que más reinaba, como las pocas palabras que él compartía habían ido creciendo hasta convertirse en hermosas tardes de anécdotas y chocolates calientes; además de cómo sus murallas se fueron derrumbando poco a poco hasta permitirle compartir momentos tan íntimos como sus charlas acerca de sus miedos y anhelos para el futuro.

Sakura había notado también como poco a poco ambos cambiaban físicamente. Ella lo vivió  de primera mano con los cambios en su fisonomía donde sus caderas y busto se volvía acorde a su edad, pero siempre le fascinó  ver los cambios que Shaoran experimentaba. 

Con un sonrisa en el rostro, Sakura recordaba como antes solía ser más alta que su prometido cuando eran pequeños. Sin embargo, los años pasaban y aquel niño pequeño y delgado se había vuelto un joven alto con una espalda ancha que hacía alusión a las larga horas dedicadas a las artes marciales. 

Los años seguirían pasando y ambos volverían a experimentar más cambios pero Sakura esperaba vivirlos junto a aquel joven de ojos ambarinos del que había quedado prendada  desde su infancia. 

El sonido del plato frente a ella la sacó de sus pensamientos y provocó  una hermosa sonrisa al ver que Shaoran colocaba una pequeña cajita de delicados dulces hechos a mano y una hermosa carta escrita a mano.

—¿Creíste que lo había olvidado? —El puchero de Sakura le causó una risa mientras la rodeaba con sus brazos y colocaba besos en las mejillas  de su amada—. Me mirabas muy fijamente pero repentinamente te quedaste mirando a la nada ¿En qué pensabas? 

—Solamente pensaba en los años a tu lado…

—Espero que sean recuerdos agradables. Así como los cumpleaños  que hemos tenido uno al lado del otro. Por cierto… Feliz cumpleaños, Sakura. 

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N/A:  Feliz  cumpleaños mi adorada niña. Las vidas de estas dos autoras ha sido un caos de trabajo últimamente por eso estamos ausentes pero no podíamos faltar a la celebración de nuestra niña adorada.

Todo estará bien 💝💖

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