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Jinhyuk caminaba desganado, limitándose a seguir al hombre. Si huía probablemente sería asesinado o atrapado por alguien más.

— Quita esa cara niño, estoy empezando a estresarme, no creas que eres el único que quiere salir de aquí. - No obtuvo respuesta. — Mira, en serio no te haré daño, nosotros somos pobres igual que tú, lo único que queremos es el dinero, ¿ok?

— Está bien. - Escuchó al hombre suspirar.

— ¿Tienes idea de donde podría estar Kim Yohan?

— No realmente, sólo escuché que estaba en este piso.

— De todos modos no creo que será tan difícil encontrarlos.

Se sentía la peor persona del mundo. Si Yohan seguía en ese piso entonces lo secuestraría y seria su culpa. Aunque lo dejaran ir tal vez no podría vivir con el remordimiento de que había entregado a alguien, principalmente porque era consciente de lo que esa persona quería hacerle a Dongpyo.

Se encontraba rogando a los cielos que el chico al que había delatado no se encuentre ahí, cuando la suerte volvió a traicionar y pudo ver como Kim Yohan, junto con otros siete chicos caminando directamente hacia ellos.

— Deténganse si no quieren morir. - estaba apuntando su arma directo a ellos. Como por inercia, todos levantaron sus manos — ¿Quién de ustedes es Kim Yohan?

El rostro de todos se endureció, nadie contestó. Jinhyuk pudo notar que era Junho el más sorprendido, tenía miedo y no sabía que hacer.

No era secreto que esos dos tenían una relación llena de complicaciones, comenzando por el padre de Yohan.

Ellos no necesitaban pasar por una prueba como esa, y aunque lo sabía perfectamente no podría hacer nada, incluso si lo intentaba sus piernas no reaccionaban, sólo quedaba esperar que ese hombre tuviera piedad y no le hiciera nada a ninguno de los chicos.

Había visto el cuerpo de otro hombre tumbado fuera de la sala de inglés. Seungwoo lo había derribado, tal vez había acabado con su vida.

Desearía ser cómo él.

Para sorpresa de todos, Yohan dió un paso al frente.

— Soy yo. - Dijo en tono decidido. —Supongo que me pedirá que vaya con usted.

— Eres un chico listo, me alegra que no quieras hacer las cosas difíciles para ti y tus amigos.

El chico dio solamente un paso hacia adelante cuando sintió como su novio tomaba su mano.

— Hanie...- Había usado un tono bajo y suave, estaba suplicándole que no lo hiciera. Sin embargo, ya estaba decidido a no poner en peligro a la persona que amaba.

— Estaré bien, seguro llamarán a mi padre y le pedirán dinero.

— Sabemos cómo es tu padre, no hará nada por ti, déjame llamar al mío. - Se encontraba al borde de las lágrimas.

— Tranquilo, sólo quédate con ellos.

— No... Yohan, te lo suplico.

— Promételo.

— No puedo.

El tampoco podría. Suspiro y se deshizo del agarre de Junho. Caminó directo al hombre y cuando giró su vista vio que su novio estaba siendo tomado por los hombros por sus demás amigos.

— ¡No se lo lleve por favor! - Las lágrimas salían sin reparo, sentía que estaba viendo cómo se llevaban a su novio para asesinarlo. — ¡Su padre no les dará dinero, créame! ¡Va a preferir que lo maten antes de dar un centavo por él!

— Ese no es mi problema, me voy a limitar a llevarlo donde indicaron, no lo hagan más difícil.

— Se lo ruego, por favor. - Estaba realmente desesperado, miró a sus amigos, todos estaban con la cabeza gacha. — Llévese a Hyeongjun

— No, Junho... —Yohan quiso aproximarse a donde estaba él, no creyó que fuera capaz de hacer tal cosa, pero fue tomado del brazo y vio como el hombre se acercaba a sus amigos.

— Quien es Song Hyeongjun? - Cha sólo atinó a señalar con el dedo, tarde se dio cuenta de que había cometido un error. Por más que rogara ese hombre no dejaría a Yohan con él.

Era un idiota.

Lo último que pudo ver fue como Yohan y Hyeongjun eran llevados por ese tipo.

S.O.S - Produce X 101Donde viven las historias. Descúbrelo ahora