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— ¿No te parece extraño? - Preguntó Seungwoo a Seungyoun en un susurro.

— Totalmente.

Desde que habían sido encontrados por Dongwook, Dongpyo no se había separado de el. Parecía que le tenía mucha confianza, incluso cuando la manera en la que el le sonreía era demasiado falsa, en realidad, ¿quién estaría sonriendo en una situación como esa?

Todo era demasiado sospechoso.

Los mayores sabían que no era una buena persona. Todo el tiempo que habían sido estudiantes ahí habían podido sentir la discriminación de su parte únicamente por ser pobres, a pesar de que siempre trataba de mantenerse amable con ellos delante de los demás profesores.

Pudieron notar como se mantenía pasando la vista por todos lados de manera discreta, como buscando algo.

Seungwoo tomó la mano de Dongpyo y con un apretón llamó su atención.

— Vámonos de aquí. - Susurró en su oído.

— El nos ayudará.

— No lo hará, tengo el presentimiento de que el está detrás de esto.

— Eso es ridículo, el siempre me ha apoyado

— ¿Pero que tenemos aquí? - Un hombre con capucha se encontró directamente de frente con ellos.

— Sólo un maestro asustada y unos
estudiantes. - Respondió el profesor en tono calmado.

El maleante sonrió y miro su reloj.

— Justo 5 minutos antes de las 7pm. Miren por la ventana. - Por inercia, los presentes pusieron su atención en el paisaje de fuera. — Se está poniendo el sol.

— Por suerte aquí están los otros cuatro que faltan, aunque aún no entiendo porque Byung Hun quiere al pobretón de Seungyoun.

— P-profesor. - Dongpyo, Tony y Minhee tenían la guardia baja, no fue nada complicado para el maleante tomar al de cabello cenizo por el brazo y atraerlo hacia él, haciendo que soltara la mano del mayor.

— Dong.. - Seungwoo quiso dar un par de pasos al frente para alcanzar al menor, sin embargo, aquél hombre sacó su arma y le apuntó directamente en la cabeza.

— Llamaremos a sus padres y pediremos el maldito dinero, excepto por el niño pobre, él se queda con nosotros. - El semblante del profesor había cambiado totalmente, su sonrisa era burlona y estaba cruzado de brazos.

— Pero señor, nosotros confiamos en usted.

— Basta ya, Minhee. Siempre me has molestado, tú más que los demás, siempre vas por la vida tratando de parecer la persona más feliz, me enerva tu maldita actitud.

— No se lleve a Dongpyo por favor. - El de pelo ondulado estaba desesperado. — Llevame a mi y le diré a mi padre que les dé el doble de dinero.

— Eso es demasiado patético, incluso para ti. - El hombre de acercó a él y lo tomó por la barbilla, obligándolo a mirarlo a los ojos.

— Tu amor unilateral me da asco, te has pisoteado tú sólo al no decirle lo que sientes y mantenerte al margen por su bien. - rio con descaro y dirigió su vista hacia Dongpyo, sin soltar a Tony. — ¿A ti no te parece patético? Míralo... Enamorado de ti sin decir nada... Que pena que tú quieras al muerto de hambre.

— Vámonos ya, Dongwook, hay que llevar a los cuatro chicos al primer piso, por lo menos antes de que den la orden de abrir fuego contra los demás inocentes.

— Kyungho, tú siempre tan sensible con los chicos.

— Caminen y no hagan nada estúpido. - Dijo el secuestrador, haciendo que los chicos se separaran del pequeño grupo que habían formado y caminaran hacia él con pasos lentos.

— ¿Hyung? - Una voz ajena se pudo escuchar por detrás del maleante.

— ¿Suhwan? - Preguntó el hombre ingenuo.

— ¿Q-qué estas haciendo? - Las lágrimas resbalaban sobre sus mejillas. Todos miraban estupefactos aquella escena.

— ¡No me digas! ¿Este es tu hermano? - Dongwook reía a carcajadas mientras Kyung Ho buscaba las palabras correctas para explicarse.

— Suhwanie, lo lamento. Sé que prometí no volverlo a hacer cuando saliera de prisión pero no tenía otra opción.

— Yo también lo lamento. Lamento haber permanecido con la ilusión de volver a tener un hermano mayor que no se ganara la vida utilizando a la gente.

— Será mi último trabajo, lo juro. Es para darles una vida mejor a ti y a mamá.

— ¿Una vida mejor destruyendo a mis
amigos?- Se limpió las lágrimas y sorbió la nariz. — Prefiero morir en la pobreza.

Hubiera buscado más excusas para sus acciones sino hubiera escuchado el sonido del seguro de un arma siendo quitado cerca de él, encontrándose con Seungwoo apuntando con una pistola.

— Suelta a mi novio o jalaré del gatillo.

— Vaya, siempre supe que el grandote
procedía de una familia de maleantes.
Aunque tenia sus brazos alzados en el aire en señal de indefensión, el sarcasmo de Dongwook no se disipaba.

El secuestrador soltó el brazo del menor y el pequeño corrió hasta Seungwoo, quien lo atrajo a su cuerpo protectoramente.

Nadie sabía que hacer.

Han podría haber jalado el gatillo, pero Suhwan era su hermano y no le parecía correcto arrebatar una vida a la ligera.

Por su parte, los dos maleantes estaban a la espera de la decisión de quien tenia el arma en la frente de Kyung Ho.

Disparos comenzaron a sonar en los pisos cercanos, lo cual alarmó a los presentes.

— La puesta de sol. - Hangyul se aferró a la pared más cercana a él y su respiración se volvió irregular. Fue tomado de los hombros por Kookheon, quien no permitió que cayera.

Sucumbiendo a la desesperación, los chicos se olvidaron de los adultos frente a ellos y  buscaron rápidamente las escalera hacia el primer piso, encontrándose con un estudiante arrastrándose hacia ellos.

— Baekjin! - Kookheon se apresuró a ir hacia él y lo puso boca arriba para que pudiera hablar.

— No bajen... No bajen chicos. –Fue lo que salió de sus labios con su último suspiro de vida.

— ¿Qué hacemos ahora?

— Volver. No tenemos otra opción. - Respondió Seungyoun.

 - Respondió Seungyoun

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S.O.S - Produce X 101Donde viven las historias. Descúbrelo ahora