Viviendo con playboys|| Versión Pilurre

2

Me desperté ya que alguien me estaba moviendo lentamente.

-¿Que haces aquí?- digo cuando veo a Kendal sacudiéndome.

-Quería saber si querías tortitas para desayunar, pero veo que no estás de humor- dice riendo y viendo descaradamente mi cuerpo.

-¿Podrías ser menos idiota e irte de mi habitación?- digo levantándome y señalándole la puerta.

Él se va sin antes volver a analizarme, supongo que de ahora en adelante tendré que poner el pestillo.

Después de ponerme unos pantalones negros y un jersey rosa corto bajé a desayunar, no sé porque tanta prisa ya que hoy es sábado.
Mientras bajaba las escaleras todos me miraban, no entiendo porque tanto alboroto con que una chica viva con ellos.

-¿Quieres tortitas hermosa?- me dice Matías pasando tu brazo por mis hombros.

-Claro ¿ Y tú quieres conservar tu brazo?- le digo con cara amenazante.

Después de decir eso todos se rieron, menos Matías claro.

-Ah Pili, hoy vamos a comprar material y esas cosas para la escuela ya que empieza el lunes. ¿ Quieres venir con nosotros? Luego iremos a tomar algo a una cafetería cercana- me pregunta mi hermano.

-Pero no cabemos en el coche- le digo contando que éramos 6 y encima tampoco es que me hiciera mucha gracia compartir coche con 5 playboys alborotados.

- Te puedes poner encima de mi si quieres- dice Raúl.

-Y tú puedes irte a la mierda- le digo con una sonrisa falsa.

-¿Entonces como iremos? Ya que la señorita Pilar no quiere subirse encima de ninguno de nosotros- dice Purre burlándose de mi.

-Poneros uno encima de otro y ya, como si os fuerais a morir....- digo mirando al techo pensando en que momento me había metido en este infierno.

-Eso es de gays- dice Raúl como si por nada del mundo se pondría encima de otro hombre.

-Primero, eso no es de gays cavernícola. Y segundo, te jodes y ahora te vas a poner tú encima de Purre- digo con cara de triunfadora.

-¿Por que yo ?- dice Purre tocándose el pecho.

-Porque eres el primero que he visto- digo levantando los hombros.

-¿Y porque nos tienes que dar tú ordenes?- dice Raúl acercándose a mi peligrosamente y quedando a centímetros su cara de la mía.

-Porque soy la única de aquí que tiene el cerebro en su sitio- digo acercándome yo también y empezando una batalla de miradas.

-Esta es la única que te pasaré Pilar- dice Raúl agarrando su chaqueta para irse.

-Bueno vamos- digo agarrando mi chaqueta también.

El camino fue un horror, ellos escuchando la música de mierda esa que te quedas sordo. No me dejaban escuchar a mi querida Tini y eso que llevaba los cascos puestos.

Después de un rato llegamos, fuimos a una tienda donde tienen todos los utensilios de clases, me compré unos folios y unos bolígrafos, lo pagué con mi dinero y me esperé en un banco que había fuera de la tienda.
Miraba hacia los lados esperando a que los playboys salieran, cuando vi algo que me dejó helada.
Era mi exnovio Christian, lo dejamos por la distancia y no nos hemos vuelto a ver en años, la verdad es que no me apetecía mucho hablar con él, pero como siempre la suerte no está de mi lado.

-¿Pilar? ¡Cuanto tiempo!- dice Christian acercándose hasta donde yo estaba.

Nos dimos un beso en la mejilla en forma de saludo, él iba a comenzar a hablar cuando Purre sale de la tienda.

-Hey amor- dice acercándose y dándome la mano.

-¿Estáis saliendo?- dice mientras los dos se mataban con las miradas.

-Si, eso parece- digo un poco confusa.

-Bueno encantado de volverte a ver adiós- dice yéndose.

En cuanto estaba lo bastante lejos solté la mano de Purre.

-¿Tú que haces? ¿ Me puedo cuidar sola sabías?- le digo matándolo con la mirada.

-Christian no es buena persona, lo sé de sobra- me dice mientras lo veía irse.

-Fue mi novio, sé como tratar con él- digo con seguridad.

-Bueno, te he dado una pequeña ayudita, bueno nos- dice riendo.

-¿Como que nos?- pregunto desconcertada.

-Tengo una ex en el instituto que es muy pesada, ahora Christian dirá que eres mi novia y me dejará en paz, o eso espero- dice pensando.

-¿Y por que te tendría que ayudar?- le pregunto acercándome a él.

-Porque así yo te alejaré de Christian- dice con una sonrisa malvada.

-No gracias, no querría espantar a todas las chicas que tienes detrás- digo riendo y volviendo a entrar en la tienda para buscar a mi hermano.

Después de que todos ellos pagaran sus cosas y dejaran de jugar como niños pequeños nos fuimos a una hermosa cafetería que había al lado de allí.
Ya en el sitio pedimos nuestras cosas y vi como un chico de la otra mesa me estaba mirando, la verdad es que en Los Ángeles no me podía quejar de tíos buenos.
En un momento el chico se dio la vuelta y no me volvió a mirar ya que el listo de Matías pasó su brazo por mis hombros. ¿Cuanto tiempo tendría que aguantar esto?

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