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Me desperté y Purre ya no estaba, me levanté y fui a vestirme. Me miré en el espejo solo con la ropa interior, sentía que mi cuerpo ya no era mío, que aquella ya no era yo. Me puse algo sencillo ya que hoy no iría a clases, bajé las escaleras para llegar al salón. Todos me miraron con cara de entre pena y duda, yo solo abrí la nevera y agarré una manzana para después subir a mi habitación. La verdad ahora no quería hablar con nadie.
De repente alguien toco a la puerta, el destino no me quiere.

-Pilar, soy yo Purre. Hoy tampoco iré a clases, solo quiero hablar contigo- dice detrás de la puerta.

-No quiero hablar- digo aún sentada en mi cama.

-Venga rubia que soy yo, solo dos minutos- dice suplicando.

Abrí la puerta y le hice perder un segundo el equilibrio ya que él estaba apoyado.

-Casi me caigo-dice riendo para al instante dejar de hacerlo al ver mi cara de tristeza.

-¿Que quieres Purre?- digo entrando a mi habitación y sentándome de nuevo en la cama.

-Sé que no quieres hablar de esto Pilar, pero habrá que hacerlo- dice sentándose a mi lado.

-Del...- digo refiriéndome a lo que había pasado unos días atrás.

-Si Pilar, del secuestro- dice poniendo su mano encima de la mía para que al instante yo me apartara.

-Pasó algo...- digo para que al instante lágrimas brotaran de mis ojos.

-¿Que pasó Pilar?- dice preocupado.

-Me, me...- digo sin poder decir nada por el enorme nudo que se me hacía en la garganta.

-Sino estás preparada no hace falta que me lo cuentes- dice acercándose a mi para darme un abrazo. Pero como anteriormente, yo me apartaba.

-Gracias Purre- digo secándome las lágrimas.

-Bueno... Si necesitas algo estoy en la habitación de al lado- dice yéndose y mirándome por última vez.

Cerré la puerta y me puse a hacer tarea. Pero mi cabeza no paraba de darle vueltas al asunto, y las imágenes de esos hombres siempre rondaban en mi cabeza. Hasta que perdí el control, empecé a tirar cosas al suelo de la rabia, de lo débil que era.

Purre me oyó y entró corriendo a la habitación encontrándose un desastre total y a una Pilar desatada. Al instante se acercó a mi y me abrazó, me desmoroné en sus brazos, desde aquello no me gustaba que nadie me tocara, pero en sus brazos me sentía segura.

-Ve a darte un baño y te relajas, yo recojo esto- dice dándome una cálida sonrisa.

-Gracias- digo haciendo lo mismo y yéndome al baño.

Estuve reflexionando durante el baño. ¿Algún día superaré todo esto? ¿Soy débil?

Hasta que el sonido de la puerta me sacó de mis pensamientos.

-Purre, aún estoy en el baño- le advierto ya que estaba desnuda.

-Ah ostia, lo siento, luego hablamos- dice saliendo.

Me acabé de bañar, me puse mi pijama y me desenredé el cabello para salir por fin del baño.

Me encontré con Purre sentado en mi cama pensando. Se le veía hermoso así.

-¿Estás bien Pilar?- me pregunta al verme salir.

-La verdad no, estoy destrozada- digo mientras se me vuelve a formar ese nudo en la garganta.

-Puede que estes mejor si se lo cuentas a alguien- dice mientras me sentaba a su lado.

-Pur-re a-a mi me...- digo mientras varias lágrimas volvían a ver por mi rostro.

-¿A ti?- pregunta esperándose lo peor.

-Me violaron- digo derrumbándome por completo al escucharlo en voz alta.

-Porque está muerto que si no iba yo y lo remataba, me cago en la puta- dice enfadado.

-Pero tranquila Pilar, yo estaré aquí para lo que necesites- dice cambiando completamente y dándome un abrazo.

Creo que en este momento él era el único que podía hacerme sentir segura.

———————————————————————————Holaaaa
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Viviendo con playboys|| Versión PilurreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora