Viviendo con playboys|| Versión Pilurre

20

Llegamos a clase y Zac no estaba sentado donde normalmente lo hacía, ahora estaba al lado de unos chicos que no tenían muy buena fama. Se decía que lo único que hacían era fumar y robar a la gente. La verdad no podía sentirme más culpable por aquello.

-¿Que hace Zac con ellos?- le pregunto a mis amigos.

-Solo sé que su hermano es uno de ellos y que ayer al llegar a casa le presionó para que se uniera a su banda- dice Christian.

-¿Una banda?- pregunto confusa.

-Si, se llaman los serpientes- dice Tatiana.

-Me siento culpable- digo mirándoles.

-No es tu culpa, tú no le has obligado a unirse a ellos- dice ahora Cristina.

-Bueno cambiando de tema, Pilar mañana tenemos actuación con las animadoras por el partido más importante de la temporada- dice Tatiana emocionada.

-Que ilusión- digo feliz.

-Pero tienes que elegir a un jugador con el que salir a la cancha, así que date prisa- dice acordándose.

-Bueno vale, ya veré a quien se lo digo- digo
girándome ya que había llegado el profesor.

El día pasó lento como últimamente todos, no podía sacarme el beso con Purre de la cabeza, y menos lo que pasó después de ello.

-¿Hola? ¿Estás aquí?- me pregunta Raúl ya que había ido con él un momento a la taquilla.

-Lo siento, estaba en otro mundo- digo saliendo de mis pensamientos.

-¿Es Purre no?- me dice levantando las cejas.

-Por desgracia si- digo cerrando la taquilla.

-Creo que deberías hablar con él Pili, y dejar de torturarte tanto- dice antes de volver con sus amigos.

Me lo planteé, tenía que saber porque hizo eso en ese preciso momento, hoy hablaría con él.

Volvimos a casa y fui directamente a mi habitación a hacer la tarea y estudiar un poco.

-Pilar, vamos a dar una vuelta ¿Te vienes?- me pregunta Kendal sin antes analizar mi cuerpo como lo hacía siempre.

-No gracias, y a la próxima que vuelvas a hacer eso te lanzaré algo- digo girándome.

-Vale fiera- dice cerrando la puerta.

Al cabo de un rato no escuchaba nada en la casa, bajé para ver si había alguien pero nada. Hasta que entré en la habitación de Purre.

-¿Quieres algo rubia?- dice girándose fácilmente gracias a que su silla llevaba ruedas.

-Quería hablar contigo- digo cerrando la puerta detrás de mi.

-¿Sabes que no hay nadie no?- dice riendo ante mi gesto.

-Bueno da igual- digo riendo.

-¿De que quieres hablar?- me pregunta ahora serio.

-¿Por que eres así Purre? ¿Por que siempre me intentas hacer daño?- le pregunto directa.

-Mira Pilar yo no intento hacerte daño, otra cosa es que tú tengas novio y vengas a besarme- dice volviendo a ser la cruel persona que es.

-¡Pero tú me besaste a propósito cuando él estaba delante!- le digo para que sepa a lo que me refería.

-¡Pero tú no te apartaste Pilar!- dice poniéndose al mismo nivel que yo.

-¡Siento ser una chica normal y que me atraigas joder!- digo ya descontrolada.

Mierda, lo había dicho.

-Espera, ¿Qué?- dice como si no lo hubiera escuchado bien.

-Joder Purre lo oíste- digo mirándolo con los ojos húmedos de la rabia.

-Sé que soy irresistible rubia, pero nunca lo había escuchado salir de tu boca- dice acercándose.

-Odio este juego Purre, el de ser Playboy y asqueroso al ser un seductor bueno- digo volviendo al tema.

-Pues a mi me encanta- dice posando un brazo en mi cintura y besándome.

Hay que decir la verdad, no me resistí, los besos de Purre eran lentos pero apasionados.
Oímos cómo abrían la puerta y nos separamos al instante, yo me fui a mi habitación a recapacitar que acababa de pasar.

Me tumbé en mi cama como normalmente hacía para reflexionar. ¿Que pasaba entre nosotros? ¿Era solo tensión sexual lo que teníamos? ¿Debería decirle lo del partido de mañana?

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