llorapija; trueplik

02; rutina y ruptura (pt 1)

Con el paso del tiempo, la amistad que compartían se fue afianzando, así como aumentaron las horas del día que pasaban juntos.

Sin siquiera planearlo, formaron una rutina casi diaria que incluía desde dormir la siesta juntos después del colegio, hasta salir de joda los fines de semana.

Era miércoles, más o menos las tres de la tarde. Mateo ya tenía dieciséis y Manuel diecisiete.

Habían vuelto de educación física, materia que cursaban por la tarde. Se encontraba el menor recostado en el lado izquierdo de cama de Manuel, mientras se que este último se cambiaba de remera debido al sudor (nada de bañarse).

Mateo trató de no mirar mucho, pero es que era medio imposible. Manu era delgado pero aún así tenía los abdominales sutilmente marcados, debido a que de pequeño practicaba natación competitiva y solía seguir un estricto régimen de ejercicios. Cuando tenía doce años podía seguir el ritmo perfectamente, pero a medida que se iba adentrando en la adolescencia perdió la constancia y las ganas de seguir nadando, por lo que dejó la actividad. Los que no los dejaron a él fueron los abdominales. Mateo estaba muy agradecido.

Hacer la clase de gimnasia con él era igual de divertido que de estresante, ya que, sí, era bastante entretenido competir en todos los deportes con el mayor, pero claro, ante cualquier roce se le ponían los pelos de punta. Y la pija ni hablar.

Qué difícil era contenerse. Por lo general, después de gimnasia se juntaban en alguna casa, pero cuando sucedían esas urgencias Mateo inventaba excusas para irse sólo a su hogar y:

1) Darse una ducha helada.
2) Masturbarse.
3) Masturbarse bajo la ducha helada.

Ya se imaginarán cuál era la opción más factible.