Mateo casi se atraganta con el canelón. Miró por la ventana, y, efectivamente, estaba Manuel parado en el portón de su casa mirando el celular, esperando que le abran.No pudo evitar pensar que hace menos de diez horas había estado a punto de chuparle la pija en la bañera de la casa de Dani, lo cuál no era un dato menor.
Sé miró por el espejo del recibidor antes de abrirle, sabiendo que estaba impresentable. Tenía la cara destruída y el pelo tirado para cualquier lado, pero eso no era nada comparado con las medias largas y ojotas de tira que llevaba en los pies.
"Y bueno, es lo que hay"
Agarró las llaves, abrió la puerta, y caminó hasta el protón para abrirle.
Su amigo estaba parado con las manos en los bolsillos de la campera roja que usaba siempre, con el seño fruncido por el sol que le daba en la cara. También tenía ojeras, pero no parecía recién pisado por el tren Roca como Mateo.Vió que le hizo una radiografía con los ojos, deteniéndose en las chancletas con medias que tenía puestas. Antes de que diga algo, argumentó: "recién me levanto"
"Yo no dije nada", contestó con una media sonrisa.
Sacó la llave del portón y lo abrió, dejándolo pasar. Se miraron a los ojos por varios segundos, sin saber bien cómo saludarse. Manuel fue el que hizo el primer movimiento, dándole un beso en el cachete como siempre, y pasó de largo por al lado suyo para saludar a sus perros que le hacían fiesta siempre que venía.
Mateo trató de recuperarse lo más rápido posible, su cara roja por el pantallazo de recuerdos de la noche anterior. Para no hacer el momento incómodo, habló: "¿qué pasó que viniste tan rápido?"
"Nada, justo había ido a almorzar a lo de mi abuela y cómo estaba cerca de acá y quería que hablemos, pasé" dijo pasando por el recibidor. En el comedor vio el plato de canelones a medio comer.
"Perdón que vine medio sin avisarte"
"No te hagas drama, ya terminé" le contestó, juntando el plato y el vaso y llevándolos a la cocina. Aparte, los nervios no lo habían dejado comer como hubiese querido. No sabía si preguntar como había terminado su noche ayer, o si podía tocar el tema del chape (o de los varios chapes), así que esperó que el otro hable primero.
Mateo volvió a la sala de estar, y vio a Manuel sentado en el sillón. De nuevo el corazón latiéndole a mil por hora, y sus manos sudando. Se sentó a su lado.
"¿Y entonces?" dijo por los nervios. "¿De qué querías hablar?"
"De lo que hablé ayer con Valen"
Mateo se reacomodó en el sillón, quedando de frente a Manuel. Mordió su labio inferior, inquieto. Tampoco sabía que hacer con sus manos. "Es Manuel, tu amigo incondicional, no podés estar tan nervioso enfrente suyo", se traba de tranquilizar a sí mismo.
"¿Y?, ¿qué te dijo?"
"Que sintió que lo boludee, porque me fui con vos y lo dejé a él de lado, y que se puso re mal" dijo Manuel, con una voz neutra. Mateo no sabía qué carajo contestarle. Perdón ya le había pedido.
Y entonces se acordó de su mentira, de que le había dicho que él también le quería dar a Valentín. Dios, rogaba que no le haya dicho eso."¿Y qué le contestaste?"
"Que siempre que estoy con vos me dejo llevar"
muchas gracias posta por votar y comentar siempre, posta motivan un montonazo a seguir escribiendo
😭💗💗otra cosa: como a los capítulos los voy escribiendo sobre la marcha, siento que todavía no existe mucha coherencia entre el primer capítulo y lo que va pasando ahora, por ejemplo, pero es que cuando empecé a escribir la historia tenía una idea y me terminó saliendo otra cosa bastante distinta, por eso no se si cambiar la introducción y el primer capítulo para que vaya quedando mejor
:(((( #crisis (🧡si tienen alguna opinión al respecto me cuentan🧡)
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llorapija; trueplik
Short StoryPatético, sí. Mateo lo sabía, pero aún así no podía evitarlo. Era un llorapija. Un llorapija de la pija de Manuel, y la lloraba cada vez que podía, sabiendo que el mayor no iba a darle cabida nunca.