Se acercó a Manuel casi corriendo. El mayor estaba con la mano en la nuca del otro, faltaba menos de un centímetro para que sus bocas se unieran. Ellos dos estaban sumergidos en su mundo, no se habían percatado siquiera de la presencia de Mateo. Fueron pocos segundos, pero cualquiera se hubiese dado cuenta.
Esto lo irritó de una manera inexplicable, y sin ninguna razón para justificar sus actos, agarró del hombro a Manuel y lo separó del ojiazul."¿Qué carajo te pas-?" ni siquiera pudo terminar de preguntar porque el menor lo comenzó a arrastrar por el patio de la casa de Ribba, hasta llegar al baño de la planta baja. Corrió sin mucha delicadeza una traba que estaba apoyada en el piso para que le puerta de éste no se cierre, y lo obligó a meterse dentro, y cerró la puerta. Se quedó de frente a la misma, dándole la espalda a Manuel, analizando qué iba a hacer ahora que ya había separado a su amigo de Valentín.
Podía escuchar la respiración agitada de Manuel detrás suyo, y esperó lo peor.
"Mateo, voy a ser claro. Explicame lo que acaba de pasar ya mismo, porque soy capaz de agarrarme a las piñas en este momento" lo dijo tan fríamente que Mateo sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. ¿En qué carajo estaba pensado cuando hizo tal cosa? Claramente, en nada. No estaba pensando.
Su mente no reaccionó por varios segundos. Fue dominado por el odio y los celos. Era un extremista, un inconciente. Se sentía tan avergonzado que ni siquiera pudo darse vuelta para mirarle la cara a Manuel. Sentía el llanto acumularse en sus ojos, pero se contuvo.
No había vuelta atrás, porque no había ninguna explicación para justificar sus actos.
Pero ya estaba en el baile. Iba a tener que bailar.
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llorapija; trueplik
Short StoryPatético, sí. Mateo lo sabía, pero aún así no podía evitarlo. Era un llorapija. Un llorapija de la pija de Manuel, y la lloraba cada vez que podía, sabiendo que el mayor no iba a darle cabida nunca.