"¿Entonces en qué te tengo que ayudar?" le preguntó una vez dentro de la habitación. Mateo cerró la puerta detrás de él, por costumbre, aunque no hubiera nadie en la casa. Le dio una ojeada rápida a su cuarto, sabiendo que era un despelote (como siempre). De todos modos, Manuel ya estaba acostumbrado.
"En literatura estamos leyendo 1984, de George... George no se qué" Manuel lo miró con una media sonrisa al ver que no se acordaba del nombre del autor.
"George Orwell"
"Ese" dijo Mateo brusco, restándole importancia. "Bueno y entonces mañana hay prueba y no leí ni una página"
"Ajá" contestó, ojeando el libro distraído. Después de unos segundos, soltó "¿Y?"
"Y que me lo tenés que explicar, porque ya se que lo leíste"
"Pero si no leíste ni una página no te lo puedo explicar bien, no vas a entender un pingo. Leéte por lo menos el primer capítulo y ahí arranco a explicarte"
"Ufa, no, ni a palos. Mejor ayudame con lo de física entonces"
Manuel rió. "Pero te la vas a llevar de nuevo. Ojo que en diciembre te hace el orto esta"
"Y vos como sabés que te hace el orto en diciembre si no te la llevaste" dijo mientras revolvía entre los cajones en busca del cuaderno de física. A su paso, tiraba al piso papeles y basura que había arriba de su escritorio, sin importarle mantener el poco orden que había en su habitación.
"No creo que quieras que te diga quién me lo contó" dijo con una sonrisa de malo. Mateo revoleó los ojos. Si para su amigo esto era una prueba de ver quién tenía más aguante, iba a perder.
Él podrá ser un pibe inmaduro, caprichoso e hipersensible, pero si hay algo que no es, es un mal jugador, y todos saben que no se puede jugar mal al juego que uno mismo creó.
"Valentín, seguro" se dió vuelta con el cuaderno de física en la mano y se sentó al lado de Manuel en su cama, mirándolo a los ojos. "Me lo decís como si me afectara tan sólo escuchar su nombre. No soy tan pichi como pensás"
"Ah, ¿no?"
"No, Manu" dijo casi en un susurro, acercándose a él, quedando a la altura de sus hombros y mirándolo desde abajo. En estos momentos, Manuel pensaba que Mateo era idéntico a un diablo escondiéndose detrás del cuerpo de una ovejita inocente. En sus ojos había fuego, y lo estaba quemando vivo.
Inevitablemente, bajó sus ojos a los labios del otro, deseándo con todo su ser probarlos. Pero no podía. Tragó grueso, y regresó su vista hacia arriba. Mateo estaba observando cada movimiento suyo.
"Me ponés a mil, hijo de puta" soltó impulsivamente, porque sabía que el otro se dió cuenta de que se estaba exitando.
Mateo sonrió, moridéndose el labio inferior.
"¿Y hace cuánto que te pongo así?" preguntó con voz tranquila, mientras apoyaba su mano sobre la erección de Manuel y daba un apretón. Este suspiró.
"Ya lo sabés"
"Sí, pero quiero escucharlo de tu boca"
"Desde que chapamos en mí casa y vi que se te paró"
"¿Te pajeaste pensando en mí?" dijo mientras masajeaba la erección de Manuel sobre su jogging, respirando tan cerca el uno del otro que sus bocas estaban a punto de chocar.
"¿Vos?" contrapreguntó, luego de un pequeño suspiro.
"¿Yo? Sí, muchas veces" y ahí si que Manuel casi se desarma, si antes estaba exitado, ahora no sabía que palabra usar.
Apartó la mano de su amigo de su entrepierna y lo agarró de la cintura, tirándolo sobre la cama. Puso una pierna entre medio de las del otro y acercó su boca a la de Mateo, sin besarlo, sólo respirando cerca.
El menor se moría de ganas de que sus bocas se junten, pero hasta que el otro no lo haga, él no lo iba a hacer. El orgullo posicionado ante cualquier otro sentimiento.
Aún así, estaba tan exitado que comenzó a alzar de a poco sus caderas para que su erección roce contra la pierna de Manuel, y ahí fue cuando el mayor soltó un "a ver, mostrame".
Mateo no estaba razonando, así que preguntó "¿qué cosa?" entre jadeos, sin entender lo que el otro le decía.
"Mostrame cómo te pajeás pensando en mí"
ajjsjs y bueno gente entonces se viene o no se viene...
les cuento algo gracioso, en realidad este capítulo iba a ser re inocentón, un sábado tranqui haciendo tarea de física (de hecho ya lo tenía escrito), pero hoy, revisándolo antes de subirlo, dije no amigo a esto le falta picante ahree historia verídicaasi q nada eso muchas gracias por leer como siempre y comentar y votar y todo eso💜💜💜😭
ESTÁS LEYENDO
llorapija; trueplik
Short StoryPatético, sí. Mateo lo sabía, pero aún así no podía evitarlo. Era un llorapija. Un llorapija de la pija de Manuel, y la lloraba cada vez que podía, sabiendo que el mayor no iba a darle cabida nunca.