Rose
- Eres mala. - dice Camila aunque no deja de reir.
En definitiva, había sido un gran espectáculo lo ocurrido con Dereck, aunque la mayoría pensara que sólo era parte del show.
- Hay algo que no entiendo. - espetó Selene sentándose a mi lado en la cama.
- Adelante. - la animé.
- Tú y él estuvieron saliendo hace unos meses ¿Por qué lo rechazas así? - me miro atentamente.
- ¿Te engañó? - se adelantó Camila.
- No. - negué. - Miren chicas, entre Dereck y yo había un pacto, él necesitaba a alguien para salir y así poder librarse de su padre que lo acusaba de ser gay, y como saben él es todo menos gay. Las chicas que han estado con él lo dicen. Pero no podía salir con cualquiera.
- ¿Y qué ganabas tú con eso? - cuestionó Selene.
- Tener un lacayo personal. - me encogí de hombros. - Además de molestar a Jessica que como saben está coladita por él desde tiempos memorables. - ambas chicas negaron y rieron. - Si él se enamoró de mí ese no es mi problema. - me puse de pie. - Ahora si me permiten.
- ¡Eres malvada! - acusó la rubia y yo le saqué la lengua para entonces encerrarme en el baño.
Camila
Le dedico una mirada a las chicas sentada en mi cama. Rose yace dormida desde hace rato, la sábana cubre su cuerpo de pies a cabeza dejando sólo su rostro al descubierto por una abertura que ella misma hizo. Nunca entendí su forma tan peculiar de dormir. Selene por su parte tiene las narices metidas en un libro de pasta fina y que no se ve para nada colorido.
- ¿Qué haces? - pregunté haciendo que levantara la vista de este y posara sus ojos en mí.
- Estoy leyendo cien años de soledad de Gabriel García Márquez. - contestó. - ¿Por qué no te has dormido tú? - Me encogí de hombros.
- Tetris - le mostré mi móvil.
- Está bien. - cerró su libro y lo dejó en la mesita a lado de su cama. - Yo ya me voy a dormir, es tarde y mañana empiezan las clases. No te duermas tarde. - dio media vuelta sobre la cama quedando de espaldas a mí y apagó la luz de su lado.
Sólo tuve que esperar unos pocos minutos para que se quedara completamente dormida. Salí de la habitación de puntillas y con las sandalias en mis manos para evitar cualquier ruido. Una vez que estuve afuera miré mi reloj en mi muñeca y marqué en el temporizador.
"Veinte minutos para que el prefecto haga su próxima ronda."
Me escabulli por los pasillos haciendo el menor ruido posible, aunque ya estaba acostumbrada a hacer esto por lo que rápidamente llegué al patio y miré a todos lados para asegurarme de que nadie me estuviera siguiendo o me hubiera visto. En un colegio de adolescentes es obvio que no voy a ser la única en romper las reglas. Cuando confirmé que estaba sola saqué mi móvil y teclee rápidamente en el.
Estoy aquí.
La respuesta no tardo más de dos segundos.
Lo sé. Te estoy viendo.
Levanté la mirada y vi una figura masculina que se dirigía hacia mí de manera relajada. En cuanto llegó me tomó de la cintura y se apoderó de mis labios fervientemente.
- Hola. - dijo sin aliento después de besarme.
- Hola. - respondí de la misma forma.
- Te extrañé, Camila. - añadió dándome otro beso y bajando a mi cuello. Yo acariciaba su cabello sedoso mientras mordia mi labio para no gemir. - Ven conmigo. - me tomó de la mano y me guió hasta detrás de una pared protegida por arbustos. Volvió a besarme, pero me separé de él como pude.
- ¿Qué sucede? - me miró con el ceño fruncido.
- Necesito hablarte. - dije lo más firme que pude mirando aquellos ojos verdes profundo.
- Podemos hacerlo despues. - dijo volviendo a besarme. Evite que lo hiciera poniendo más fuerza en las manos que estaban en su pecho. Me miró con una ceja alzada y me soltó la cintura permitiéndome libertad de su fuerte agarre. - Adelante.
- Me dijiste que terminarías con Cecilia en las vacaciones y aún no lo has hecho. - dije.
- Ay Camila, no es tan facil como piensas - se estrujó el cabello café con frustración.
- ¡¿Por qué no, Dwayne?! - pregunté en un grito contenido.
- ¿Con qué excusa lo haré? - cuestionó.
- Dile la verdad. Que no la amas. - él rió con burla.
- Yo no amo a nadie, Camila. - algo dentro de mi se retorcio y no pude evitar agachar la mirada. - Hey - puso una mano en mi barbilla haciendo que lo mirara a los ojos. - Para que veas que si estuve pensando en ti durante mis vacaciones te traje un obsequio. - buscó en sus bolsillos hasta sacar una pequeña caja.
- ¿Qué es? - pregunté curiosa.
- Abrelo y verás. - contestó poniendo la cajita en mis manos. Hice lo que me dijo lentamente y quedé maravillada. Había una hermosa pulsera de oro con un diamente en forma de estrella.
- ¡Es hermosa! - dije poniendo una mano en mi boca. Yo jamás podía darme un lujo como ese.
- Así es. Y es tuya. - susurró muy cerca de mí. Me volvió a besar y está vez no lo detuve sino que respondí de la misma forma, nuestras ropas desaparecieron minutos después y luego dejé que me llevara más allá de las estrellas.
A la mañana siguiente me encontraba mirando la pulsera que me había regalado Dwayne, me encantaría usarla, pero por desgracia todo el mundo sabe que no puedo darme un lujo como este. No tendría como explicarlo.
- ¡Apurate Camila que se nos hace tarde! - me gritó Rose desde la puerta. Cerré la cajita y la guardé bien entre mis cosas. Tomé mis cuadernos y salí tras la pelirroja que no dejaba de apurarme.
Caminamos en dirección a nuestro salón topandonos en el camino con los demás alumnos que iban igual que nosotras. Todos portabamos el mismo uniforme que constaba de una falda a cuadros negra con verse que llegaba cuatro dedos por encima de las rodillas, una camisa blanca con mangas cortas junto a una corbata del mismo color que la falda y unos zapatos con plataforma de tres centímetros. Los hombres tenían el mismo uniforme sólo que en version masculina obviamente. Simplemente horroroso.
Al llegar al salón nos sentamos detrás de Selene quedando Rose en medio y yo de última, justo como nos sentamos siempre en la pila en dirección a la puerta. Al entrar noté que habían dientes grupos reunidos por diferentes lugares del salón cuchicheando. Al parecer no fui la única que lo notó.
- ¿Qué sucede Selene? - preguntó Rose inclinandose hacia la rubia. Esta se giró sobre su asiento quedando de costado hacia nosotras.
- ¿No supieron del chico nuevo? - susurró esta.
- Hay muchos chicos nuevos en el colegio. - dijo Rose agitando una mano.
- Sí, pero lo que sucede es que esta vez es en nuestro salón. Hace dos años que no había un nuevo alumno entre nosotros. - aclaró.
- Porque no hay cupo. - rodó los ojos Rose.
- Al parecer los padres de Robin decidieron llevarlo a estudiar a España, lo que significa que si había cupo para un chico. - explicó.
- Entiendo. - dije.
- Al parecer Liam es el único que ha hablado con él porque es su compañero de cuarto. - se encogió de hombros Selene.
- Espero que sea alguien interesante. - dijo Rose con desdén.
La puerta del salón se abrió en ese momento dando paso a Liam y a Diego quienes venían acompañando a un chico rubio que obtuvo la mirada de todos apenas atravesó el umbral.
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Best Friends Forever
Fiksi RemajaRose, Camila y Selene. Dereck, Lucas y Liam. Tres mejores amigas inseparables. Tres mejores amigos que fueron separados. Tres parejas que siempre han estado destinadas a estar juntas. Tres pares de vidas muy distintas y parecidas a la vez. Tres co...