El Chico de Cabellos Escarlata © CɑʍմŚ×MíӀօ

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Capítulo 12: El.

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—Creí haber escuchado de tu boca que no me querías mas en tu casa, y en tu vida. Pues bien, tampoco te quiero en la mía. El que estés hoy frente a mi, y en mi propiedad, me hace saber que te has retractado de lo dicho. Y me alegro por ti. Pero no tienes derecho de hacerme esto. No después de herirme como lo hiciste ayer —expresó, sus ojos sin aquella chispa característica en si—. El que hoy vengas así —señaló con burla mi traje negro, algo desaliñado—, y con aquellas cosas innecesarias —niega al contemplar el ramo de rosas blancas en mis sudorosas palmas, con una tarjeta no muy grande que dice en negritas; perdoname.

—Milo, por favor. —Me arrodillo, con los orbes desesperados por una segunda oportunidad. Misma que no estoy dispuesto a desaprovechar.

No se impresiona por mi accionar, solo ríe zancarrón.

—Que decepción, Camus. El verte tan acabado, y coladito por mi, me complace. No sabes cuanto. He logrado tenerte así, en la palma de mi mano, y es una pena. No acostumbro a salir con gente tan patética como tú.  Que a la más mínima pelea se humilla de esta forma, y ¡dioses! —Se dobla, carcajeándose y gozando al ser testigo de mi fracaso, y momento tormentoso

Mis ojos acuosos, no estoy dispuesto a levantar la mirada. Y darle el gusto de percibirme débil, acabado y sin esperanzas.

Éste soy yo. El Camus que teme ser lastimado y pisoteado de nuevo. Pero que sin embargo, lo está haciendo, de nuevo.

Por quién tanto temió, y qué no esperó.

—Milo, basta. No hagas esto. —Mi voz quebradiza le hace sentir superior.

—Que pena y lastima me das. Pero, ya tengo a alguien más conmigo. Mucho mejor a ti, claro esta. —Se maravillo al escuchar mi bajo sollozo.

Arrepintiéndome de levantar la mirada, siendo testigo del como un hombre de cabellos azules y ojos esmeralda me sonreía con sorna a su par; besándole y dejándome en claro que, el ya era suyo.

Me rompo completamente frente a ellos.

Aquel sujeto le coge con fuerza de la cintura, causado una risa ahogada de su parte. Pasando sus brazos detrás de su cuello con gracia, sin dejar de besarle apasionado. Sus lenguas salen y se comen sin pudor alguno. Cuando las cosas van mas allá al contemplar el como se frota desesperado por sus caricias, gimiendo en alto al abandonar sus labios cubro mi boca.

Lágrimas de martirio, impotencia y desdicha rodando por mis mejillas sonrojadas. Producto del llanto que no puedo apaciguar ni guardar mas bajo llave.

Escucho las risas de algunos vecinos al observar la escena, aparto la atención de ambos, encontrándome con unos grandes ojos rosas consternados a la visión.

—Ka... Kanon —murmuró en un sollozo lastimero a mi lado el chico de apariencia elegante, y delicado, de no mas de veinte años.

Luce tan mal como yo; los hombros caídos, el cabello lila marchito y reseco, la decepción bailando en sus facciones. Alcanzo a divisar una pequeña maleta aferrada en su mano derecha, que deja caer en un ruido seco.

Llamando la atención de aquella pareja que me rompe el corazón, seguro de no ser solo el único. Lo compruebo al detallar como el hombre alto y de tes morena que le besó divisa al chico desecho a mi costado.

Las manos le tiemblan, abre la boca pero vuelve a cerrarla, no teniendo una explicación que le salve de sus actos. Se acerca, dudoso y a paso cauto. El miedo reflejado en su cara.

Decido levantarme y correr lejos, mis ojos rojos percibiendo a la lejanía el como aquel muchacho le proporciona una dura y fuerte bofetada, para seguir mi accionar, yendo en dirección contraria.

Ambos con el alma y corazón sangrando, y las ilusiones apagadas.  

==°🌹°==

Toco desesperado a la puerta, pateándola como un loco que le han lastimado, otra vez.

La mente nublada, sin ser consciente de mis actos.

Perdido en aquel espectáculo que reniega a irse de mi mente.

—Aioros, por favor, abre —ruego entre súplicas con el timbre de voz quebrado. Sin poder dejar de llorar, tragando mis lágrimas.

Apoyo la frente en la madera, sin saber a dónde más debo ir, y que hacer a continuación. La herida en mi pecho ardiendo con ímpetu y coraje, deseando acabar con mi vida de una vez.

Justo cuando asumo que nadie abrirá y recibirá me doy la vuelta para desaparecer, pero antes alguien del pasado reaparece en bajo el umbral, conmocionado.

—Camus ¿Qué-?

—Aioria —musito, lanzándome a sus brazos y hundiendo la cabeza en su pecho.

Sintiéndome protegido y... seguro.

Lejos de aquel tormento que anhelo borrar. 

Milo, Kanon ¿Qué hicieron? Por idiotas lastimaron a Camus y Sorrento.

Ya apareció Aioria ¿Qué creen que suceda? 🙈

Saludos🙋❤

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||20022020||

🍃🌷Camie🌷🍃