🌹~ Epílogo

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Epílogo.

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—¿No te ha vuelto a buscar ese infeliz? —pregunto con el ceño fruncido y los labios apretados, hirviendo en celos ante aquella escaza, pero posible posibilidad.

Anteriormente, nunca me definí como un hombre posesivo en cuanto a mi familia y pareja sentimental se trataba, al menos, no antes de lograr por fin obtener el perdón de Camus. Mi cobardía me hizo huir y refugiarme en un pequeño pueblo en Suecia, pensé que mi mente necesitaba despejarse de todo, que mejor oportunidad que en un nuevo país, y con gente desconocida rodeándome todos los días. Hui de los problemas, dándole la espalda incluso a mi hermano mayor, con quién rompí toda comunicación al darle acceso al número de la vivienda en la que pasaba los días en soledad y penumbra, a nadie más ni nada menos que al chico de cabellos escarlata, por quien me prendé en mi adolescencia, y, por si fuera poco, hacerlo de nuevo en la etapa adulta tras reencontrarle. 

—No te parece que, odiándole con todas mis fuerzas de nuevo, y ésta vez, verdaderamente, tras engañarme por consecutiva al acceder acostarse conmigo cada que se le antojaba fue suficiente. El muy cobarde e hijo de perra me ocultó que estaba casado. Y yo de estúpido que me tragué su cuentito al preguntarle si tenía a alguien en su vida, ¿puedes creerlo? —niega con enfado—. Menos mal que, con la ayuda de Aioros, su teatrito se vino abajo en tan solo un mes. Y, con tu regreso, pudiste apaciguar lo amargado que comenzaba a volverme. Compadezco a Shura, quien tuvo que aguantar mis insultos, pataletas, glipolleces, y la depresión que se incrementaba por las noches, consumiéndome lentamente. —Su tono de voz disminuye, por lo que le doy alcance, abrazándole por detrás, mientras guarda nuestra ropa limpia, recién lavada y planchada por ambos en la cómoda.

—Soy un idiota por hacerte recordarle, y, de paso, traer a tu mente los momentos tristes —reconozco, depositando un casto beso en su nuca. Le siento tensarse, y casi jadear. Sonrío seductor—. Incluso, soy capaz de recompensar ese desliz, ¿qué opinas? —Llevo mis manos a su entrepierna, palpando la zona, y acariciando nulamente el bulto por sobre la tela del pantalón, mismo que comienza a humedecerse rápidamente para mi deleite.

—Eres insaciable —soltó Camus en un gruñido, ante el apretón que le di, tirando la cabeza para atrás, ladeada, y dándome acceso de besar y chupar su blanco cuello de cisne—. Lo hicimos toda la noche, y, por si no fuese poco, te adentraste a la ducha mientras me bañaba ésta mañana.

—Culpable —sentencio con las pupilas dilatadas, dándole la vuelta en un movimiento veloz, echándole sobre la cama en un gran rebote, y montándome en su estómago sin pensar en más.

—¿Qué vas a hacer? —Me cuestionó, respirando dificultosamente bajo mi cuerpo. Su pálido pecho subiendo y bajando con irregularidad, desprendo los botones de su ligera camisa, apasionado, y, muy caliente.

—Oh, tú bien sabes lo que haré. No te hagas el inocente, Camie.

—Soy inocente, Milo. Aquí el único pervertido de mierda que quiere sexo todo el tiempo, eres tú, mi amorcito —soltó con una gran sonrisa de dientes.

—¿Así? Entonces… ¿Quién fue el responsable de las marcas y dolor en mi culo? —interrogo, y como ya es costumbre, el rojo vivo colorea su rostro, orejas, y cuello.

—¡¡Eres un irrespetuoso!! —chilló, cubriéndose la cara con las manos.

—Tan solo estoy siendo sincero. —Me escojo de hombros, permaneciendo estático, y sin hacer nada durante unos minutos. Bufo al aburrirme, retomando mi tarea, acariciando sus duras tetillas, y saliendo sobre él para jalar sus pantalones, con toda y ropa interior. No sin antes, desnudarme completo.

—Milo ¿No te atrevas? —Me advierte al observarme a horcajadas sobre sí de nuevo, a centímetros de penetrarme. Todo porque lo que puedo denotar, no necesita, ni desea más follar. Pero sé que va a sucumbir ante mí. Siempre lo hace para mi satisfacción y la propia. Su cuerpo no puede resistir la tentación que represento.

—Me conoces lo suficiente, y sabes cuál será mi decisión —respondo, a nada de dejarme caer sobre su falo.

—Gracias a Dios. —Le doy una mirada matadora, levantándome y procediendo a vestirme con rapidez. El sonido estrepitoso sonando con insistencia en todo el departamento, y creando un fastidioso eco.

—¡¡Van a romper el puto timbre, idiotas!! —gruño con malhumor, abrochando mis pantalones, y saliendo a recibir a los inoportunos que osaron visitarnos justo en el mejor momento. Alcanzando a escuchar las carcajadas a la distancia, de mi pareja desde hace tres años. El muy maldito tardó en aceptarme como su novio durante dos jodidos años, aunque no le culpo, lo que le hice, y de paso, también el infeliz que una vez tuvo la dicha de ser mi mejor amigo no ayudó en mucho— ¡¡Qué ya voy, mierda!!

Por la manera en la que tocan, deduzco, se trata del mata pasiones de Kardia. No es la primera, ni será la última vez que nos hará esto. Abriendo con una sonrisa forzada, y recibiendo una llena de burla de su parte.

—¿Interrumpo algo?

—Lo haces, querido hermanito —mascullo entre dientes.

—Pues que mal. Por qué no pienso irme sin antes dejarte al cuidado de Alde. Me urge follar con Deguel —informó sin tacto ni vergüenza, con un opaco brillo en los orbes. Antes siquiera abra la boca para refutar, desaparece de mi campo de visión, no sin con anterioridad hacerme entrega del pequeño terremoto. Mi sobrino adorado.

—¿Calicatulas y goloshinas? —Me preguntó con una sonrisa de diablillo, observándome desde abajo.

—Mh… —poso una mano en mi mentón, pensativo— ¿Qué te parece si vas y le pides permiso al tío Camus? —sugiero, recibiendo un asentimiento en respuesta. Corretea hasta dónde sabe, mi novio se encuentra.

—¡¡Tío Milo, el tío Camus eta nesnudo!! —El chillido del mocoso me hace partirme de la risa.

—¡¡Vas a pagarme esto, Thalassios!!

Porque al final, no recibí rosas ni chocolates, ni estúpidas serenatas. Pero a cambio, obtuve el sincero y puro amor del chico de cabellos escarlata, quién siempre será mi primer amor; y el único en mi ahora curado corazón.





























Lamento el retraso.

||11042020||

🍃🌷Camie🌷🍃

El Chico de Cabellos Escarlata © CɑʍմŚ×MíӀօDonde viven las historias. Descúbrelo ahora