CAPÍTULO 13

766 70 64
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


— ¿Y no te responde el tal Kim?

— No.

— Pero ¿Qué pasó? Si ese día...

— La verdad no tengo idea, pero ya perdí el interés— y el azabache ciertamente no mentía, porque para él solo es relevante el dinero, que aunque el hombre le sorprendió por su gran desempeño en el sexo. Él seguía amando a su novio.

— Contando... creo que mañana se cumple una semana desde esa cita nocturna.

— Sehhhh... aunque fue caballero al dejar un desayuno enorme. Como para llenar a toda mi familia y cuando quise traer un poco acá, el estúpido hotel no me permitió. Quedé ridículo. "Lo sentimos joven, las políticas no lo permiten". Mamones.

— Entonces...

— Ya no quiero hablar del asunto Park...ya fue. Además no es el único hombre rico que conoceré— aquello lo expulso con una sonrisa torcida y picando aquel block de notas con un bolígrafo negro, que solo sirve para frases indumentarias.

— ¿Vas a volver a acostarte con otro hombre y engañar nuevamente a Hoseok?

— Lo que salga.... No es relevante. Hoseok es mi novio y el chico que realmente amo y eso nada ni nadie lo cambiará.

— Eso no es amar Jeon porq-

— Ya Park. Bájale. A veces llega un punto que me estresas tanto y realmente no quiero escuchar tu voz ni ver tu presencia.

— Como quieras. Después, no me vengas con otro asunto, porque ya no gastaré mi voz en consejos. Te estoy advirtiendo— el índice enano de Jimin me apunta el rostro.

— Tonterías migraña.


***

Dos semanas después

Estoy acostado en el delgado colchón, mientras mi celular reposa encima de mi abdomen plano. Mis brazos las tengo extendidas por debajo de mi cabeza y mis piernas cruzadas, estando mi pie derecho flotando y bailando en el aire.

Pienso. Pienso.

¿Qué debería hacer? No es tan fácil como parece. Pero algo que sí aprendí de mi padre es: tómate un tiempo a solas para purificar y deja fluir tus ideas. Sé frío.

Serías nefasto si priorizas banalidades.



Aquel muchacho humilde, pero que aspira y sueña en grande, donde solo el dinero es su ambición y codicia. Donde él piensa que los bienes materiales satisfacen la dulzura. Donde se olvida del sentir, del compartir, de amar y de escuchar. Está mirando atentamente aquel reloj de péndulo— que su padre recogió en uno de sus tantos días de trabajo como reciclador— y se interna en un estado de hipnosis con sus pensamientos.

El azabache considera que es lo único brilloso, atractivo y decente que tienen en su hogar. El día que su padre llegó con el reloj, primero verificaron si funcionaba y después de pruebas, el aparato efectivamente se encontraba en un estado óptimo.

Pero había un pequeño detalle, cuando la marcación de la hora en punto llegaba, siempre tocaba doce veces, pero algunas veces solo once. Aquello, Jungkook lo descubrió el día que cumplió 19 años, es decir hace 7 meses, y recibió una llamada confirmando su pase para una beca de la Universidad de Seúl. Después, cuando pensaba prostituirse, el reloj volvió a tocar once veces y fue cuando descubrió Tinder. De alguna u otra manera, Jungkook llegó a considerarle, su amuleto de la suerte. Así que ahora, no esperaba nada, pero quería escuchar nuevamente solo los once vibratos.



ding – dong – ding – dong – ding – dong – ding – dong – ding – dong – ding –...–.

Ya sé que hacer.









Muñeco, ¿cómo estás? Perdona por no poder comunicarte contigo desde la vez pasada, pero mi negocio me mantuvo ocupado. ¿Podríamos vernos?

Enviado  2:05 p.m.

Recibido 2:10 p.m.

Leído      2:35 p.m.







X

— ¡Es que él me gusta mucho loco! Todo este tiempo me demostró... estoy seguro que también tiene sentimientos por mí.

— Tanto así, que te dijo no querer verte más huevón.

— ¡Tú no entiendes loco! Somos los dos... No sé qué le pasó.

— Pues fácil amigo. De seguro ya halló a alguien más.

— ¡NO! Imposible. Yo le gusto tanto... yo le doy todo. Le complazco en todo.

— ¿Entonces qué pasó?

— Cometí un error— el peligris agacha la cabeza y junta su manos para sobarse los dedos nerviosamente.

— ¿Qué puede ser tan fuerte para dejarte entonces?

— Tú no entenderás...

— Bueno... al menos te dejó ahí.

— No tanto— su amigo castaño va a sobarle la espalda y hace una seña con la mirada que ya va a descansar.

El peligris se sienta en su cama y varias ideas se cruzan por su mente. Unas más locas que otras, o más descabelladas. Él nunca fue el tipo que se preocupara por alguien más, o peor, que se haya enamorado. Pero por él, cambió. Cuando le conoció, a primera instancia se enamoró y había cierta manía que a toda costa se limitaba a observar, pero aquello le costó la situación en la que se encuentra ahora. 


¿𝚂𝙴𝙶𝚄𝚁𝙾 𝚀𝚄𝙴 𝙼𝙴 𝙰𝙼𝙰𝚂? ➴ 𝚅𝚔𝚘𝚘𝚔 ➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora