CAPÍTULO 9

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— Por nada del mundo me imaginé que la primera vez que íbamos a vernos, sería de esta manera. 

— A veces las cosas maravillosas son impredecibles. 

—  Como el éxito de estar en la cima—  alego, con una sonrisa pícara en referencia a mi buena suerte y dicha del estatus social de este buen hombre. 

—  Entonces yo disfruto de una dicha envidiable, al conocer semejante muñeco de porcelana— aquello lo dice, mientras su diestra ordena un mechón de su cabello que se desvió— pero, todavía no pudimos vernos por equis motivos y tú ya estabas saliendo con alguien más. No puedo pasar desapercibido ese suceso.

Yo miro tímidamente al Sr. Hee y este sonríe vergonzosamente mostrando sus pequeños dientes blancos y ante semejante comentario no puedo evitar sentir crecer una calentura por la base de mis mejillas. 

—  Eso es lo de menos. No tienes derecho a recriminar nada. Sr. Kim, ¿ahora sí me dirás tu nombre? Ya no creo que puedas ocultarlo más.

— jajajaja... ¡Qué más podría hacer! si me haz pillado muñeco. 

— ... — trato de no sonreír y demuestro una cara seria. 

—  Taehyung. Soy Kim Taehyung—  ahora sí no puedo evitar soltarlo. 

— Jajajajaja y decir que con Kan Tigre te presentaste. Me pregunto... ¿por qué no querías que conociera tu nombre?

—  Motivos... motivos... pero bueno, con el apodo sí que me lucí—  este hombre así como brota encanto, belleza y dinero hasta por los poros, es misterioso. Buena, para saciar.    

— Te ves mil veces mejor en persona Sr. Kim— con eso no quiero decir que por fotos sea menos agraciado, si no que es maravilla y encanto para el disfrute de mis orbes presenciar y percibir semejante hombría. Si por fotos se me hacía guapo, en persona es la gloria misma. 

Ese traje azul tan entallado a su figura atlética. Piernas largas y definidas, manos grandes cubiertas por finos anillos—como un idol de kpop—, un porte elegante y sofisticado, cabellera castaño dorado, ojos grandes brillosos pero que denotan enigma, voz profunda— con una sola palabra, sientes que llegas a la gloria—, y ¡qué decir de su mirada! tan coqueta y audaz, que complementa a su sonrisa etéreo como solo su monarca puede ser.   

— Eso lo sé muñeco— okay, monarca egocéntrico.   

— Dos cucharadas de humildad para su señoría .  

— Jajajajajaja, mejor dos cucharadas de sublime blanco— aquello lo lanza como si alguien más no estaría presenciando la conversación. Cómo le gusta flirtear. 

El Sr. Jin Hee carraspea ante semejante comentario y su rostro está como un tomate. Sin embargo se acerca a Kim y alega retirarse. Claro que el mayor no recriminará nada al menor, porque el último es su jefe. 

¿𝚂𝙴𝙶𝚄𝚁𝙾 𝚀𝚄𝙴 𝙼𝙴 𝙰𝙼𝙰𝚂? ➴ 𝚅𝚔𝚘𝚘𝚔 ➶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora