※ Para Jeon JungKook no es difícil conseguir novio.
Solo que el quiere un novio rico, no importa si es excesivamente mayor que él.
Pero... en el barrio donde vive, solo hay pobres como él. ※
✧ Pareja principal Vkook
✧ Alto contenido sexual
✧ No...
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Kim Taehyung
Vacío, vacío es todo lo que siento.
Imágenes tan repudiables se reproducen una y otra vez en mi mente, aquella voz tan aguda como canora, ahora solo es el símbolo de palabras tan viles y desahuciadas.
Jungkook, Jungkook, ¿Por qué hiciste eso?
Sonrío amargamente a la copa de vino que reposa en mi diestra, esperando que sorba hasta la última gota de aquel líquido tinto que se volvió un elixir hidratante desde hace una semana.
Tan solo te pedí una cosa, Sé solo mío.
¿Fue demasiado?
Chisto en molestia y punzadas de dolor, muy filosas que hincan como si fueran espinas y aumentan en demasía cuando aquella figura esbelta, tan pecaminosa pero a la misma vez injuriosa vuelve a mi mente.
¿Qué me hiciste?
No debí, juro que no debí posar mis manos en esa escultura, que resultó ser una burla a las originales y objetivas obras.
Tan solo soy una copia barata de un pintor. ¡Pero qué hablo, soy un puto impostor!
Já.
Río en amargura seca para no dejar escapar cristales lastimeros.
De pronto el sonido de la entrada rompe la burbuja hipnotizante en la que estaba enjaulado.
Camino hasta llegar a la puerta, aun con la copa y al ver desde la pantalla a aquella figura, mi corazón se siente animalada, mas, bufo en toque de molestia.
Dejé de ser un crío hace muchos años.
— ¿Qué deseas Jungkook?— no puedo quedarme todo el tiempo estudiando su figura, así que hablo desde el intercomunicador.
La expresión que muestra es de nerviosismo y duda en responder, se toma largos segundos, pero finalmente responde.
— Vine para conversar— su voz. Vuelvo a sonreír, pero siento todo y a la misma vez nada.
Pero eso no quiere decir que soy un estúpido.
— ¿Sobre qué?
— Déjame pasar para estar más cómodos— pero qué atrevimiento.
— No tengo tiempo.
— No te quitaré mucho tiempo, solo serán cinco minutos— alzo mis cejas, y aunque no quiera aceptarlo, verlo aunque sea desde una pantalla, mi corazón revolotea como un asesino, tan sudoroso, miedoso y como si yo tuviera culpa de algo. Como si fuera el señalado.
— Habla desde aquí— intento contra responder, porque verlo y tenerlo nuevamente frente a mí, no sé si la distancia que cultivé esta semana vaya a ser suficiente.
