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CAPÍTULO 45

— ¿Entonces, dices que ese chico está prófugo?— Kim pregunta sentado en la orilla de la cama King size donde tuvimos sexo después de frotarnos y engullir su pene en la sala de estar, mas, ambos estamos limpios luego de darnos una ducha.

— No— giro mis ojos— tampoco es así, porque parece que él viajó antes que yo formalice la denuncia. Recuerda que en el momento yo no hice nada. Durante la semana que te pedí descanso laboral, era porque estaba tramitando esos documentos.

— Maldita justicia— Kim presiona su puño, pero intenta relajarse cuando la cubro con mi mano.

— Calma Kim. Tocó resignarme, por eso no seguí con la denuncia. En el proceso de, nos enteramos que el chico no está en el país y para que se abra una investigación y captura internacional solo porque yo ingerí drogas, en una fiesta de jóvenes hormonales, así es como califica la policía— sus ojos se abren ante la nueva información, la cagué. — no basta solo con mis palabras, tendrían que hacer una investigación profunda en el departamento y juntar testigos claves que reafirmen mi testimonio, porque el mío no ayuda mucho ya que las lagunas en mis recuerdos siguen presente producto de las drogas, claro. En otras palabras, investigar a todos lo que estuvieron en la fiesta y la verdad yo ya me siento cansado, terminé apenas este ciclo de estudios y ya no quiero seguir más, prefiero quedarme así.

Su mirada entre medio turbado por la información nueva recibida me confirma lo siguiente.

— Entiendo Kook, es una lástima la justicia porquería que existe en nuestro país. Sin embargo, yo pensé que todo esto pasó en una reunión de trabajo académico y no en una fiesta, porque cuando te mandé mensajes, sugiriendo para vernos me contaste eso.

— Sí, te comenté que estaba ocupado por los trabajos y porque ya estaba a una semana de los exámenes finales. La verdad estábamos en eso, todo estaba tranquilo, hasta que un grupo de seis se convirtió en treinta. Cerca de las diez de la noche si no me equivoco, llegó el resto del grupo y ahí Park nos invitó a celebrar para despejar nuestra mente saturada de los trabajos— su mirada ceñuda más que pavor, me causa gracia— y como recuerdas, aun soy un joven que disfruta de las fiestas, acepté quedarme. Pero todo resultó mal. Ya sabes por qué.

Escondo mi rostro y me hago bolita al costado de su cuerpo. Mas, sus índices rosando la piel de mi cara, me calienta y tranquiliza mi historia forzada.

— Está bien Kook. Ya no es necesario hablar, ya no recuerdes. Aunque no estaría mal que ese imbécil pague por lo que hizo— mis manos se cogen instintivamente de sus brazos y formo pucheros mientras me pierdo por diminutos segundos en el bosquejo de sus pestañas gruesas y curvilíneas mientras respondo.

— No, ya no. Escúchame. Promete que no harás nada.

— ¿Por qué?

— ¿Ves? Que me respondas así me confirma lo que ya sospechaba. No quiero que mis asuntos infrinjan contigo. Déjalo, como yo lo estoy haciendo, es lo mejor.