※ Para Jeon JungKook no es difícil conseguir novio.
Solo que el quiere un novio rico, no importa si es excesivamente mayor que él.
Pero... en el barrio donde vive, solo hay pobres como él. ※
✧ Pareja principal Vkook
✧ Alto contenido sexual
✧ No...
Este capítulo contiene escenas inusuales en una amistad, que quizás no vayan a ser de su agrado. Así que esto es una advertencia, para que decidan leer o no este capítulo.
Esto es más una petición, porque después no quiero leer críticas o que les haya desagradado. Gracias.
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Después de aquella confesión, no volví a contactarme con él. Por lo tanto un misil de mensajes llena kakao, pero no las respondo, tampoco las llamadas. No tengo tiempo.
Que haya pedido descanso por una semana en el trabajo compenetra en ayuda para poner en orden mis pensamientos.
Aunque entiendo su punto de vista y me agradó bastante cuando no me obligó o instó desesperadamente por una respuesta mía.
Es miércoles y estos exámenes finales está que me consume horrible.
Si no fuera por los labios de bótox, no tendría dónde estudiar sin ninguna interrupción de conexión o recursos. Razón por la cual, como Mina ya lo conoce, desde el sábado frecuento su casa para estudiar juntos.
¿Divertirnos un poco también?
Je je.
Como en estos momentos.
— ¿Qué te parece este dildo?— Jin se aparece en la sala con un dildo entre sus manos de aproximadamente 17 centímetros.
— Muy pequeño.
— ¿Qué?— su actuación de ahogación me da risa.
— La verdad. Prefiero sentirlo en carne real, aunque el plástico simula en algo. Quizás para pasar noches de soledad.
— Ajá, claro. Habla el que sí tiene el que le caliente las noches.
— JAJAJAJAJAJA... bueno, para qué negarte, si es cierto.
— Pero... ¿Le contaste a tu novio de tal arrimada que te metiste en el baño con Minho?
— Puta, qué asco huevón. Ni me lo recuerdes, andaba en tragos. Mareado.
— Yo buscándote como un estúpido por toda la sala de baile, y cuando entro a los baños, tú cómo una perrita recibiendo y gimiendo cerca al lavamanos.
— Ya... cállate. Me da vergüenza.
— Tuve que espantar a Minho para que te suelte.
— ¡Ya!
— Jajajaja... pero si hubieras visto... parecían perros cruzados.
— JAJAJAJAJAJAJA.
— Y verte gritando como alma en diablo.... Ufff.
Sin poder evitarlo, río a carcajadas por su comentario.