PAULA
Salgo de la casa y comienzo a caminar por la orilla de la playa. Me he puesto una playera blanca un poco holgada y unos jeans rasgados con unos tenis blancos. Son los únicos zapatos que me gustan, en realidad, y no suelo usarlos casi nunca pero quería sentirme un poco libre.
Camino unos metros mirando el mar. Hoy el clima se ha prestado, no hace calor; pero tampoco está lloviendo y eso es bueno.
Cuando volteo al frente miro que el chico harapiento viene caminando hacia acá con una chica igual. Sé que suena ofensivo decirles así pero no encuentro otra manera para describir su estilo, tal vez fachoso podría ser la palabra indicada.
Me gustaría preguntarle qué rayos hace de nuevo rondando por mi casa. Ayer me quede con la duda y ni siquiera pude salir a alcanzarlo. Por lo menos me gustaría saber qué no es un asesino serial que nos está rondando o algún ladrón que está esperando que no haya nadie para meterse a robar; aunque si así fuera no saldría como si nada a plena luz del día.
Tengo una imaginación muy desarrollada y después de verlo vuelvo a sentir esa furia dentro de mí que siempre se mantiene guardaba queriendo salir sin razón aparente, aunque desaparece al instante que lo miro más de cerca.
-Buenas tardes señorita Marín- grita a un par de metros de mi con una sonrisa increíble.
Me quedo muy sorprendida de ver su rostro. De lejos no se veía mal, pero era de noche y la pinta que traía era como la de un vagabundo. Hoy viene distinto con unos jeans negros, una playera blanca y me llama la atención lo que cuelga de su cuello es una cadena con una cruz. Es muy atractivo no de la clase de mi hermano Michael que es el sueño de todas las chicas de por aquí; pero este chico es guapo, con cierto aire de misterio y eso es algo que vuelve aún más atractivas a las personas. Tiene cabello oscuro como el mío, un poco largo para mi gusto; pero le queda bien y una linda piel blanca.
Más de cerca se quita las gafas de sol que lleva puestas como si aquí hiciera mucho sol; pero parece que es la moda porque Michael siempre va igual o tal vez él también se pegó una buena fiesta. Tiene ojos verdes y ahora si creo que hay diferentes tipos de ojos verdes: los ordinario como los míos y los hermosos como los de él. Es un flacucho, pero no se ve mal. Lo recorro de arriba a abajo e inmediatamente reacciono al ver cómo me mira divertida la chica con la que viene. Es un poco más morena, delgada y alta con lindos rasgos muy similares a los de él, viste con jeans, una playera blanca con unas letras raras y tiene una gorra azul. Que extraña combinación, no se ve mal, de hecho es bonita.
-¿Te conozco?- lo miro.
Pongo cara como de que me ha perturbado que supiera quien soy para disfrazar mi torpeza al estarlo observando demasiado.
-Soy Ocean, mi padre trabaja para el de usted. Comentó hace unos días que regresaría de su viaje a Londres y queríamos ponernos a sus órdenes - .
Noto que se queda mirándome como un verdadero idiota. Pasan apenas unos segundos cuando me ofrece su mano y cuando la tomo siento algo extraño en mi estómago, una electricidad que me recorre todo el cuerpo, algo que jamás había sentido. Lo suelto muy rápido por la rara sensación que he sentido y me doy cuenta que él también sintió algo por la expresión de su rostro. Se quedó anonadado.
-Soy Paula y no hace falta que me hables de usted -me rio como si esa manera tan ruda de ser se hubiera esfumado y ahora fuéramos los mejores amigos.
Mi furia se ha vuelto a meter a su escondite y creo que un poco asustada por lo que acaba de pasar. Actuó como si fuera una persona amable, realmente no entiendo porque.
Él me devuelve la sonrisa y nos quedamos mirando por un instante. La chica lo codea para que reaccione, el voltea muy rápido a mirarla y se vuelve hacia mí.
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CUANDO EL AMOR NO PUDO SALVARNOS.
RomanceLas cosas para Paula no han ido bien desde que su madre murió y un error fatal la hace volver al lugar al que juro no regresar jamás. Ella solo vive para la pintura. Él respira vida y parece que todo lo que hace le sale de maravilla. Cuando la vid...