16~ 𝔚𝔦𝔩𝔩𝔦𝔞𝔪, 𝔢𝔩 𝔥𝔦𝔧𝔬 𝔡𝔢𝔩 𝔇𝔦𝔞𝔟𝔩𝔬

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XVI

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XVI

Si en mis ojos ves oscuridad en mi camino verás sombras.

"Umbrales" (2009), Alejandro Lanús


Esa misma noche me fui a casa.

No fue solo la verdad detrás de mi madre lo que me dio el empujón para escapar, sino también el sentir la oscuridad en mi interior, esa sensación de que algo malo ocurre conmigo. Esa misma noche soñé que me quedaba atorada en un gran pozo negro, del cual salían arañas negras. Subían por mis piernas como brazos con largos dedos repletos de uñas.

Además de aquello, me embargó un sentimiento de vacío. Si bien regresé a casa, y papá me recibió con una sonrisa de oreja a oreja, preguntándome el por qué volvía a casa si yo le había dicho que me quedaría a dormir en lo de Tessa, las cosas se pusieron un tanto...extrañas. Ya no miro mi hogar como algo conocido y acogedor. Regresar a casa luego de un mes entero fuera resultó ser mucho más complicado de lo que me imaginé.

Me duché. Me preparé algo para comer: una ensalada enorme con un poco de casa cosa que iba encontrando en la heladera. Con la panza llena de verdadera comida y con el baño de agua caliente que me di, el cuerpo comenzó a responderme de nuevo. A lo mejor era aquello, hambre, lo que me hacía pensar como no debía. Pero sé bien que las cosas vividas hasta este momento sucedieron, no fueron parte de un sueño. Mi madre fue asesinada por el hijo del Diablo, dos demonios en pleno combate para reinar el Infierno. Ella, que fue siempre mi modelo a seguir, por más que yo no la haya conocido, ahora solo es una desconocida que no deja de sorprenderme con casa que averiguo. No solo le robó a Abaddon un Sello, sino que fue la razón de esta guerra. La principal causa que hizo que Sombra se rebelara contra su padre.

A lo mejor, ahora que no pienso volver a ese mundo, las cosas se borren de mi cabeza para mejor.

El doble que había plantado Sombra de mí en las cabezas de mis seres querido, resultó irse al día siguiente. Se desvaneció frente a mí en cuanto ella abrió la puerta de la habitación y me encontró con los pantalones a medio subir por las piernas. Papá no la vió. Me desperté temprano, lo más temprano posible como para salir corriendo directo a la casa de Tessa. Necesitaba de su compañía luego de tanto tiempo sin verla. Un buen café con rosquillas en Gregory's, estudiar para los próximos exámenes, seguir con el proyecto de Literatura y hacer mi vida de nuevo....mía.

Tomé el volante del auto y conduje hacia la casa de Tessa. Antes de irme de casa, observé el almanaque: viernes por la mañana de un día lluvioso, gris y frío. Pero eso no me detuvo, porque los viernes no hay cursada. Y eso significa salir de paseo con mi mejor amiga. Así que me armé una mochila, me vestí y conduje hasta su casa.

Solo tres golpes bastaron para que la puerta se abriera. Al verla, con el pijama de osos puesto, (un ridículo short hasta por la mitad del muslo y una remera dos tallas más grande que la suya), con el cabello revuelto, cara de dormida y bostezando, el día parece haberse iluminado.

 Daemonium/ Los hijos del Diablo: el comienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora