Encuentras mis palabras oscuras. La oscuridad está en nuestras almas ¿No crees? "Ulises"
-James Joyce, 1922
Por instinto, corro. Corro alejándome de la cocina. Él se ríe, como si le pareciera gracioso el acorralarme en mi propia casa. Intento ir hacia la puerta, largarme de aquí, aunque su figura aparece frente a mí, prohibiéndome la salida. Intento con subir las escaleras. De nuevo, allí está dejando esas extrañas nubes negras por doquier.
-Esto es ridículo-dice.
-¡Déjame en paz!
Salgo para tomar el teléfono. Apneas alcanzo a marcar el número de la policía. Me toma de las manos, me saca el móvil y lo aprieta tan fuerte que se quiebra entre sus dedos. Enronces me empuja con todas sus fuerzas y mi espalda choca contra la pared más cercana. Me acorrala, de nuevo. Y mi pecho sube y baja, nerviosa. Cierro los ojos, esperando el golpe o incluso los gritos. Pero nunca se hacen presentes.
Es más, cuando me toma del cuello y pienso que me ahorcará, lo que hace es tocar mi piel como si aquello le gustara demasiado. Abro los ojos para encontrar su rostro tan cerca del mío como es posible. No me mira a mí, sino que anda perdido en su mano contra mi cuello, tocando suavemente por todas partes.
-¿Qué...qué haces?
Mi voz sale como una marea turbia. Es notable que me encuentro nerviosa y aturdida.
-Tu piel...-sus manos me tocan la mandíbula. Yo trato de zafarme, aunque me toma de las mejillas y me obliga a quedarme quieta-Eres como una pequeña plaga que merece ser eliminada. Tan mortal para los humanos como para los de mi clase-ahora sus ojos se hunden en los míos-La belleza puede ser la perdición más aterradora de todas, Abigail.
-¿Por qué...haces esto?
-Hay varios motivos en específico-Y enumera mientras sus manos bajan de nuevo por mi cuello y piel:-La razón más obvia es porque te necesito. Eres la última, la única que queda con vida. Si no lo hago yo, lo hace mi hermano. Y todos sabemos aquí que eso no sería bueno.
-Entonces...mátame. Hazlo...
Su dedo pulgar toca mi labio inferior. Tira de él lentamente, mientras que los mira delicadamente, con placer y seguridad. Lo único que hago es quedarme quieta. Si algo he aprendido de esto, es que si te resistes es peor. Mas, cuando me suelta, me atrevo a pegarle. Él no tiene derecho a tocarme. No tiene derecho en absoluto de entrar en casa y tratarme así. ¿Quién se cree que es? ¿Se piensa que me tragaré este rollo de demonios y muerte?
Aunque...antes de que pueda mi mano llegar a su piel, me sujeta fuerte de la muñeca y me mira.
-Mmmh, mmmh, mmh...-dice en advertencia-Eres una niña mala.
Me suelta. Se aleja y camina directo a la cocina. Yo lo sigo. De pronto comienza a revolver todo, saca una botella de leche, la alza y niega con la cabeza. Entonces la deja caer al suelo y dice un "ups", para luego hacer lo mismo con las latas de cerveza. El cristal se vuelve añicos.
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Daemonium/ Los hijos del Diablo: el comienzo
Novela JuvenilAbby Greyman perdió a su madre en un horrible accidente cuando ella apenas era una bebé. A pesar de que jamás la ha visto, sueña con ella constantemente. La llama, le muestra el camino. Un camino que conduce a...¿a dónde? Abby debe enfrentar a la o...