—Tía, siempre te duermes cuando vemos películas.— escuché la voz de mi amiga.
—Dejala, Cris. Os podeis quedar a dormir. Tu con Vegetta y ella se queda conmigo.— abrí los ojos al escuchar aquella sentencia.
Observé a mis risueños amigos y noté que estaba sobre el pecho de David. Me levanté rápidamente, negando con la cabeza. Ellos no paraban de reír.
—Lo siento, pero ni de coña. ¿Vamos a nuestra habitación?— cuestioné adormilada y la rubia asintió.
Nos despedimos de los chicos y yo, prácticamente, la arrastré hasta nuestro "hogar".
•••
8:30 AM.
Me encontraba corriendo en la cinta cuando unas voces atravesaron mis auriculares, arruinando mi concentración.—Pero mira a quién nos encontramos. Oink oink haciendo ejercicio.— habló Edwin risueño.
Fruncí el seño, no pensaba contestarle. Era un mocoso malcriado que llevaba años burlándose del peso que tenía cuando era pequeña. Todos los años me preguntaba ¿Qué es lo gracioso de eso?
Al ritmo de la música comencé a tomar mis cosas, pero la rata me detuvo.—¿No piensas contestarme?— intentó acorralarme pero yo lo di vuelta pegándole contra la pared.
Sabía que sus amigos estaban en la otra sala, haciendo brazos.
—No, Edwin. He aprendido que no vale la pena discutir con un tío que, cada vez que me ve, tiene el pene duro.— susurré sobre su oído tocando su miembro semi-erecto, sobre el pantalón deportivo.
Caminé orgullosa fuera del gimnasio y una vez estuve lejos, comencé a llorar ¿Por qué tenía que meterse conmigo? El día había comenzado mal y como si fuerse poco, observé a parte del equipo de básquet masculino, avanzando risueño hacia donde yo me encontraba. Mi mirada chocó con la de David, comencé a caminar rápidamente en dirección a mi habitación.
••••
El lunes llegó y lo único que pasaba por mi mente, era el entrenamiento. Las clases avanzaron lentamente y por fin, nos dirigimos al gimnasio.
Los chicos se encontraban entrenando, así que, en una esquina, les mostré las jugadas que quería prácticar hoy. Me preguntaba el paradero de nuestra entrenadora, pero aquella mujer solo se presentaba a los juegos y para mi, era suficiente.
Preparé los parlantes mientras las chicas se cambiaban. En cuanto volvieron, suplante su lugar, me estaba por poner la camiseta cuando alguien tocó a la puerta. Abrí encontrándome con Samuel.
—¿Por qué llorabas ayer? ¿Edwin te ha dicho algo?— cuestionó y yo lo empujé, para salir del baño con mis cosas.
Odiaba su actitud de hermano mayor y estaba segura de que David le había contado.
Hicimos el calentamiento y estuvimos dos horas mas practicando. Parecía que todo iba bien, pero yo nunca me confiaba.—Chicas.- llamé su atención antes de que se retiraran.— Hoy por la noche descansen, pero mañana, ya saben, aquí antes de las doce.— ellas asintieron y nos retiramos del lugar.
•••
Mi mano derecha sostenía con presión el lápiz sobre la hoja, mientras que, la izquierda, subía y bajaba acercando un cigarrillo a mi boca. La música en mis auriculares sonaba fuerte y el cielo estaba gris. Amaba esta época, cuando el frío comenzaba a quemar por las noches y la aparición de la nieve estaba cerca.
Suspiré soltando el lápiz.
Otra vez me encontraba en aquel patio trasero, el cuál pocos conocían y aún menos deseaban entrar.
En verdad, era una mierda, pero aquella esquina, debajo de un techo pequeño, era mi lugar cuando las cosas no iban como yo deseaba. Podía jurar que, en mucho tiempo, nadie había estado aquí.
El alambre de púas "protegía" esa zona del predio que era inestable, pero era cuestión de pasar por la ventana del baño y levantar la reja.
Justo en mi pequeño lugar, había un tubo de calefacción viejo, así que era ahí donde guardaba una manta y cigarros.
Cuando mi estado de ánimo mejoró, regresé a la habitación.—¿Cris?— cuestioné tirandome en la cama. Al no obtener respuesta supuse que estaría con alguna de las chicas.
No teníamos comida en nuestra mini cocina, así que me tocaba ir a la cafetería.
Saludé a las cocineras y me ofrecí a ayudarles, eran personas realmente amables. Después de que me dejaran elegir, antes que todos los alumnos que esperaban la comida, me encaminé hacia una mesa solitaria.Mientras comía comencé a pensar en el idiota que reinaba mis ideas.
No era la primera vez que mis ojos se fijaban en el líder, pero juraba que aquel crush de niña, había desaparecido cuando las peleas entre nosotros se hicieron más frecuentes.Llevé la bandeja hacia la mesa donde iba y decidí pasear un rato por la parte rejada de la montaña. Era una noche nublada, así que las estrellas no se veían. Tomé una foto con el móvil y comencé a dibujar pequeños puntos en el cielo. Sentí los pasos de alguien y me voltee, viendo cómo David se acercaba a mi.
—¿Qué haces?— cuestionó sonriendo.
Deseaba contestarle que no era de su incumbencia, pero no podía. Una vez más, aquellos ojos nocturnos, me robaron el corazón.
—No hay estrellas, así que decidí crear unas.— le mostré la pantalla y él sonrió.
—¿Te gusta dibujar?— la pregunta me descolocó y por milagro fui salvada de aquel momento tenso.
Una voz masculina gritó su nombre y David se despidió con un "lo siento".Regresé a mi cama, dispuesta a dormir temprano. Mañana sería un día pesado y quería estar preparada para afrontarlo.
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Casi la pillan u.u
Otro cap mamalon
Ya quiero publicar los capítulos soft aaaaaaLike para que nuestra almohada se convierta en Fargan mientras dormimos 😔✌️
Gracias por leer 💕💕
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R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]
FanfictionEn un prestigioso internado en Andorra, mujeres y hombres se ven divididos en dos edificios. Con adolescencias marcadas por la rivalidad entre el H y el M, hasta los jóvenes del último año, pelan por minorías. Aquel establecimiento es reconocido po...