C a p í t u l o [DOCE]

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Lunes, Martes y Miércoles. Despertar, ir al colegio, entrenar y repetir.
Siempre he dicho que la rutina es algo que me genera comodidad, pero estos días han sido más estresantes de lo normal y poco a poco pierdo la poca cordura que se mantiene en un sitio como este.

Cuando la segunda hora del jueves llegó, un ya conocido miedo me invadió. Eran esos días en los que explotaba y no sabía controlarme.
Caminé sola porque Cristina ya estaba el aula. Al ingresar suspiré con pesadez, puesto qué, la mirada de Edwin se fijó en mi, sus amigos estaban listos para atacar.

—¿Qué pasó, Piggy? ¿Se te pasó la hora comiendo?— canturreó risueño. Dejé mis cosas en su sitio y le pedí en un susurro a mí amiga que no se metiera.

—¿Edwin, tienes algún problema con el pasado? ¿O es que no sabes olvidar tus dientes de piraña?— me volteé rápidamente al escuchar aquello. David estaba defendiendome, oh no.

—No te metas, Romero. Te va a ir mal.— caminó amenazante hacia el nombrado. Me paré de mí silla exaltada y me acerqué a él tomándolo de cuello de la camiseta. No se iba a meter con David si yo estaba ahí para verlo.

—Ojalá esto te deje estéril.— mí rodilla fue directo a sus bolas y mí puño a su cara. Para mí mala suerte Olga ingresó al lugar mientras yo lo dejaba caer. Todos me miraban sorprendidos, puesto qué, dentro del colegio siempre había actuado como un ángel.

—¿Qué está pasando aquí?— chilló mí profesora ayudando a levantarse al reciente golpeado por mí.

—Ella me golpeó, profesora. Usted la vió.— se quejó el chico sosteniendo su mejilla.

—Llevaré a Edwin a enfermería, cuando vuelva quiero una explicación.— finalizó saliendo con el chico.

—Esto no se va a quedar así.— habló uno de sus amigos y yo me le acerqué amenazante. En cuanto lo vi retroceder sonreí y me senté recargandome en el respaldo de la silla.

•••

Me pusieron un reporte, pero al idiota ese también, así que había valido la pena.
Cuando llegó la hora de entrenar compartimos la cancha con los chicos. Yo me encontraba liandome a puñetazos con uno de los sacos de boxeo movibles mientras observaba a mí equipo entrenar.
El capitán contrario se acercó a mí a paso lento y acarició mí cintura delicadamente.

—¿Puedes acompañarme un segundo fuera?— cuestionó de una manera dulce y sutil a la que aún no me acostumbraba. Asentí confundida y lo seguí hasta pasar las puertas. Me abrazó repentinamente y yo le correspondí. Realmente necesitaba verme entre sus brazos una vez más.—Lamento haberte defendido hoy, sé que no lo necesitabas, pero no podía quedarme callado ante las burlas de ese idiota.— susurró y yo dejé algunas lágrimas silenciosas caer sobre su camiseta.—Está bien, Arpía. Esto quedará entre nosotros.-
Los sollozos fueron incontrolables y pronto toda esa rabia que tenía acumulada se desvaneció. Una vez me calmé, alejé mí cara de su pecho. Él limpió los rastros de lágrimas con sus pulgares, otorgándome una comprensiva sonrisa.

—Gracias, David. En verdad necesitaba esto.— solté una risita y él suspiró aliviado.

—Todos necesitamos llorar de vez en cuando. Ahora, anda, sonríe que así te ves preciosa.— sonreí ampliamente mientras cubría mis mejillas. Él generaba cosas en mí que nadie nunca había logrado.

Ambos nos integramos, una vez más, al entrenamiento. Sabía que nuestros compañeros estaban llenos de dudas, pero no era momento de responderlas, quizá porque nosotros mismos no entendíamos lo que pasaba.

•••

El viernes por la mañana desperté con mucha más energía que los anteriores días. Debía reconocer que mí gran descanso se debió a lo liberada que me sentí después del momento con David.
Caminé dando saltitos, tarareando "Happy". Llegué a la cafetería y saludé sonriente a mis compañeras.

—Se te ve mejor, eh.— pronunció Camila mientras llevaba una tostada a su boca.

—Pues yo creo que se le ve mejor después de estar fuera con cierto capitán.— habló Jenifer risueña y yo negué con la cabeza en el mismo plan.

—Se te enfría el café, ratona.—contesté y las chicas rieron.

Hoy el partido era más tarde que los otros, pero todo tiene un porqué y el de esto era que la cancha a la que iríamos estaba a dos horas y media. Así que esta vez tenían permitido dormir, porque sinó, estas horas iban a ser eternas.

En cuanto terminamos de desayunar nos informaron que el autobús estaba fuera. Cómo la última vez, subimos sin fijarnos en los chicos.
Me senté en mí lugar típico y antes de que pudiera acomodarme para dormir alguien se tiró a mí lado. Miré de reojo encontrándome con el de coleta, él abrió los brazos, yo no me negué y me acurruqué en su pecho. Al estar en el fondo del autobús, nadie podía vernos o eso me gustaba creer.
El viaje comenzó y yo, una vez más, dormí estupendamente.

•••


Desperté con las delicadas caricias que el de coleta me proporcionaba. Nos dimos una sonrisa mutua y yo noté que llevaba su chaqueta encima.

—Estabas temblando, era necesario.— susurró en mí oído y un pensamiento totalmente aleatorio surgió en mí cabeza, haciéndome pensar qué, quizás, había soñado con ello.

—¿La semana pasada me dedicaste la última canasta?— cuestioné guiada por el sueño, él soltó una risita.

—Claro, creí que era algo bastante obvio. Utilicé una de las jugadas que me enseñaste.— habló mientras yo analizaba su boca. Una ligera decepción se formó en mí pecho. ¿Sólo por eso?— No fue solo por eso, evidentemente.— soltó más avergonzado.

—Gracias, pichón.— él sonrío.

El autobús frenó lentamente y anunciaron que era momento de bajar.
Observé el edificio desde afuera y suspiré recordando la final de hace dos años.
Ingresamos caminando directo hacia las canchas, un año mas, aquel lugar parecía un circo. Familias enteras apoyando a los jugadores y nosotros solos, esperando que nos abucheen al ganar.
Calentamos hablando, por lo bajo, del ridículo espectáculo que montaban.


Un día más nos retiramos de un colegio con una victoria bajo el brazo, una que había sido, por demás, fácil.

Había cierta emoción en el aire y sabíamos que la final del estatal se acercaba, este año en nuestra cancha. Por lo pronto, pasadas las vacaciones por fiestas, seguiríamos entrenando para ir al nacional.




~°~

Soft aaaa 🤧

Por si nadie se los dijo hoy; Son una de las razones de mí sonrisa, les amo bbs 💖

R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora