C a p í t u l o [DIECINUEVE]

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Trece de Febrero, Jueves.
Me preguntaba ¿Por qué tanta preocupación por el día de mañana? De cualquier manera, David no había sugerido una cita y yo no tenía la valentía de exponerme ante el rechazo.

Caminaba torpemente debido a la risa que me causaban los chistes de mis amigas. ¿Podían ser un poco más tontas?
Volteé mí rostro para saludarlas, ya que el receso había terminado y era momento de separarnos. Di un paso hacia adelante y mí cuerpo impactó contra una trabajada espalda.

—Uhm, lo siento, estaba distraída.— hablé sin siquiera pensar. Mí rostro se deformó cuando el dueño de aquella espalda se volteó. ¿Justo hoy que estoy sola me tiene que pasar esto? Oh, Cristina, te enfermas en los peores momentos.

—Bueno, bueno, bueno ¿Sola y distraída, Oink-Oink?— fruncí el ceño.

—Déjame pasar, Edwin.— contuve la reciente ira que crecía en mí pecho. Si lo golpeaba otra vez no podría ir al partido, ya me lo habían advertido.

—¿Qué pasó? ¿No quieres jugar conmigo, puerquita?— lo empujé ligeramente y él me echó hacia atrás.

—Por favor, no tengo ganas de discutir con un idiota como tú.— pronuncié con asco. Tomó uno de mis brazos con excesiva fuerza.

—Deberías tener cuidado con tu vocabulario, más cuando vas so...-

Repentinamente su mano soltó la mía y su cuerpo se alejó de la puerta.

—¿No has escuchado que te quites de la jodida puerta?— la voz de David demostraba odio y su rostro enrojecido por la ira no hacía más que confirmarlo.
Lo detuve antes de que saltara sobre el rubio, trás recibir una burla como respuesta a su pregunta.
Tomé delicadamente su brazo, algo poco habitual en mi.

—No, David. Déjalo, sabes que no vale la pena.— él me abrazó posesivamente.

Una nueva burla salió de los labios de Edwin, esta vez siendo interrumpido por Olga. ¿Karma, eres tú?
Ambos nos miramos risueños al ver cómo lo enviaba a la dirección. Estábamos realmente cerca y agradecía que la mujer nos ordenara ingresar al salón.

La clase fue bastante aburrida, diría como siempre, pero la ausencia de mí mejor amiga se sentía y mucho.

Salí de aquella sala del aburrimiento y comencé a caminar. Seguramente llegaría a la habitación para tener que bajar a almorzar sola, evidentemente.

—¿Tan bonita y tan solita?— las, ya conocidas, manos del de coleta se posaron en mí cintura. Me carcajeé.— ¿Puedo escoltar a esta bella damisela hacia sus aposentos?-

—Sería todo un honor para mí, su majestad.— hice una reverencia siguiéndole el juego. Pasó su brazo alrededor de mis hombros y yo acaricié su espalda disimuladamente. Aún nos costaba actuar cariñosos en el colegio.

Atravesamos el pasillo comentando lo aburrida que había resultado la clase de hoy.
Ambos estábamos frustrados por la fumigación del gimnasio. ¿A quién se le ocurría fumigar a menos de dos semanas del partido? Una completa tontería. Hasta mañana no podríamos ingresar, por lo que el entrenamiento sería aplazado hasta el lunes. Eso nos dejaba con una semana antes del encuentro.

Nos acercábamos a mí puerta y en verdad no deseaba que se fuera. Lo observé de reojo, parecía entretenido comentando algo sobre su clase de Filosofía.
Se veía hermoso, como siempre. Sonreí sosteniendo un ligero sonrojo, no podía quedarme sin hacer nada.

—David…— me observó ladeando su cabeza, parecía un perrito. Sonreí embobada, una vez más.— Yo me preguntaba si, ya sabes, s-si tienes planes para mañana.-

—Ahora si, es una cita.— habló emocionado y yo me carcajeé.

—No he dicho que te invitaba a salir.— me miró poniendo ojos de cachorrito y yo suspiré.— Bien, si, te estoy invitando a salir. ¿Quieres ir a algún lugar en particular?-

—Bueno... Hay un lugar de comida china a media hora de aquí, creo que puede gustarte.— nos detuvimos frente a mí puerta.

—Venga, te espero aquí 8:30 ¿Vale?— lo veo asentir rápidamente y no puedo evitar reír ante su emoción. Es un sol.
Tomó mí mano delicadamente y la acercó hacia sus labios, depositando un beso.

—Hasta pronto, mí dulce damisela.— río tratando de ocultar el sonrojo que su acción ha provocado en mi. Maldito, pichón.

Después de despedirnos ingreso a la habitación con la emoción desbordando mí sistema y los latidos de mí corazón completamente acelerados.

—El amor te tiene loca, amiga.— la voz aguda de la rubia me saca de mi transe y la puedo observar acomodada sobre la cama usando el portátil.

—¿Te sientes mejor?— cuestioné ignorando su anterior regocijo.

—Clarín, clarinete, voy como un soplete.—la miro en plan "¿Qué dice esta loca?", apoyo mí mano sobre su frente para comprobar la temperatura. Parece estar mejor que esta mañana.

—Por un segundo olvidé que las estupideces las dices normalmente y no por la fiebre. Iré a buscar comida, ya que estás despierta.-

—¿Mañana sales con tu novio?— cuestionó burlona.

—No es mí novio, pero si, mañana tenemos una cita.— chillé lo último emocionada.

—Ay, amiga. Si David supiera como te tiene de loquita.— río y yo suspiré asintiendo. Sería vergonzoso.



~°~

Holis <3
Editando los capítulos de hace años pienso que es muy tierna la escritura inmadura que tenía en ese entonces. Ahora que soy una mujer adulta me parece gracioso, pero como dije, sin dudas no me da cringe. Es lindo.
No sé si se lo preguntaban, pero sí, todavía lo amo a Fargan y sigo viendo sus vídeos. Me gusta verle feliz últimamente, se le ve alegre desde que está con su novia.
Espero anden bien 💕💕💕💕

R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora