Abrí los ojos confundida. ¿La enfermería? Miré a mí alrededor encontrándome con Cristina y Samuel que parecían estar discutiendo.
—¿Me he desmayado?—cuestioné atrayendo sus miradas preocupadas hacia mí.
—Si. Según la enfermera ha sido el estrés de la situación y la falta de comida. Te he dicho que necesitabas comer mas.— habló la rubia acercándose mientras Samuel anunciaba que iría a buscar a la enfermera.
—Lo siento.-
—Está bien, ya ha pasado. ¿Cómo te sientes? ¿Tienes hambre?— acarició mí pelo lentamente con cariño.
—Estoy bien, supongo. Me duele un poco la cabeza.— ella atinó a susurrar un "te has golpeado"— ¿Que hora es? Siento que no he comido en décadas.-
—Como la 1:56, llevas aquí menos de media hora.— la observé sorprendida, parecían haber pasado años.— En cuanto la enfermera nos deje te traeré comida.— picó mí nariz y yo le sonreí ligeramente.
—¿Y David? ¿La pelea con Edwin fue real?— ella soltó una risa por lo bajo ante mí confusión y asintió.— ¿Está bien?—la mueca en la cara de mí mejor amiga me preocupó.
—Está siendo sancionado. No sabemos si podrá jugar el próximo partido.— me senté rápidamente en la camilla.
—¿Qué? ¿Por defenderme?— prácticamente grité y en ese momento entró la enfermera acompañada del castaño y el de coleta.— ¡David! Dime por favor que no te han sancionado.— él me observó nervioso.— No, no, no. Déjame ir hablar con el director, puedo arreglarlo.— la rubia me detuvo antes de que lograra pararme. Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos.
—Cuando termine de revisarte podrás ir.— la mujer comenzó con sus típicos análisis y en cuanto terminó yo cuestioné si podía irme.— Vayan con cuidado y alimenten a esta niña, que parece no haber comido en días.-
Me levanté apresuradamente de la camilla y mis amigos intentaron detenerme.
—No, dejadme. Tengo que arreglar esto, no puedo dejar que te suspendan.— chillé y las gotas saladas rodaron una vez más por mis mejillas. David me envolvió en un abrazo y yo me aferré a él sollozando.
—Ya no importa, preciosa. No te hagas esto a ti misma.-
•••
Después de comer y descansar unos minutos, me encaminé hacia la oficina del director. Dejando de lado las quejas y súplicas de mis amigos me adentré con la posibilidad de ser expulsada.
La conversación en un principio fue dura, el hombre no quería ceder, pero en un muy rastrero intento por arreglar las cosas, apelé a usar la lástima. Le conté todo lo que había sufrido por parte del rubio arrogante, tenía pruebas y testigos. Claramente me creyó, pero hacerle entender que suspender a David no era la mejor opción no era fácil.
Destacando puntos como que este era su último año, su equipo lo necesitaba ahora que eran los únicos en el campeonato y que se dejó llevar por la rabia acumulada de todo lo que Edwin había hecho. Finalmente cedió.
Lo observé actualizar la planilla de David y suspiré con alivió. Antes de retirarme me advirtió que este sería el último error que soportaría de nuestra parte. Asentí nerviosa y caminé hacia afuera donde el de coleta se encontraba hablando con sus amigos. Me observaron curiosos.—Estás dentro del campeonato de vuelta.— le otorgué una ligera sonrisa y él corrió a abrazarme.
Dió vueltas chillando "gracias" conmigo en el aire. Finalmente nos separamos riendo nerviosos cuando sus amigos llamaron nuestra atención.—Gracias, tía. No sé que hubiésemos hecho sin el Fargan como líder.— habló Luis y yo le sonreí asintiendo.
Los observé abrazarse ahora mas felices. Se veían tan agradables y no odiosos como solía ser.
—¿Vendrás a ver el próximo partido?—cuestionó Francisco y los otros lo empujaron recordándole que hacía tan solo días había perdido. Yo me carcajeé inconcientemente.
—Iré.— afirmé aún risueña. Ellos se observaron entre sí confundidos.— Bien, me retiro. Mí trabajo aquí ya está hecho.-
Tras lo dicho me encaminé hacia la habitación con un mejor humor que el de antes.
Esa noche dormí como si fuese Aurora.
~°~
Una más porque tardé mucho en actualizar<3
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R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]
FanfictionEn un prestigioso internado en Andorra, mujeres y hombres se ven divididos en dos edificios. Con adolescencias marcadas por la rivalidad entre el H y el M, hasta los jóvenes del último año, pelan por minorías. Aquel establecimiento es reconocido po...