C a p í t u l o [VEINTIUNO]

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El tan esperado Martes llegó y en cuanto pudimos salir de la clase corrimos hacia el gimnasio.
Abrí la puerta y saludé a la entrenadora. Estábamos apuradas, por lo que, en unos pocos minutos, salimos todas cambiadas del baño.

—¿Qué hacen ellos aquí?— cuestionó Natalia confundida. Observé a David explicarle algo a su equipo mientras estos asentían como niños pequeños, reí.

—Hoy vamos a jugar un partido juntos. Así que, ya saben, vamos a mostrarles quienes mandan.— ellas saltaron y gritaron agresivamente llamando la atención de los chicos. Le hice un gesto amenazante al capitán y él me lo devolvió. Uhg. Odioso.— 3 vueltas a la cancha, ya, ya, ya.— ordené y rápidamente acataron mientras los chicos hacían lo mismo.

—¿Qué pasa? ¿Eres una de esas entrenadoras que ordena y no hace?— cuestionó burlón David.

—Ya te gustaría, así te sería más fácil ganar, pichoncito.— me puse en posición para correr y él me imitó.

—Eso lo veremos.— soltó y en pocos segundos comenzamos a correr.

Parecíamos balas, sobrepasamos a nuestros equipos, echandonos miradas de odio. Supongo que algunas cosas no cambiarían.
Lentamente dejé de correr, ya habíamos dado las tres vueltas.

—O-oh, ¿La capitana n-no pudo?— intentó sonar burlón pero estaba demasiado agitado. Lo empujé y cayó al suelo respirando con dificultad.

—Aprende a controlar el aire.— lo observé de reojo mientras caminaba hacia las pelotas.— Tu respiración es fundamental cuando haces esfuerzos.— pronuncié con un evidente doble sentido y por los gritos de sus compañeros estaba segura que había logrado sonrojarle.— Estiren.-

Después de elongar un rato, nos organizamos para jugar.
Nuestra entrenadora no se hacía mucho problema con esto, por lo que, ambos decidimos colocar un árbitro de nuestro equipo.
Camila lanzó la pelota dando comienzo al partido.

Hasta aquel momento, no había pensado en lo difícil que era jugar contra él, ahora que ambos aplicabamos prácticamente los mismos movimientos.
Atrapé la pelota saltando frente a David, quien estaba a nada de recibirla, y encesté. Antes de que pudieran hacer su tiro, nuestros árbitros sonaron el silbato. El tiempo se me había pasado demasiado rápido.

—Buena canasta, amiga.— Cristina y yo chocamos puños risueñas. Me quité la camiseta lanzandola sobre las gradas más cercanas.— ¿Solo yo estoy sintiendo la tensión sexual que hay entre los capis?— cuestionó después de beber agua. Reí imitando su acción.

—Estás loca si piensas que eres la única que lo nota.— habló Jenifer emocionada y todas comenzaron a cuchichear sobre ello. Por mí parte me levanto dispuesta a seguir practicando canastas.

Me agacho, flexiono las rodillas, salto, tiro. Canasta limpia. Repito mí acción pero una mano atrapa la pelota antes de que toque el aro.

—¿No sería mejor si continuaramos con el partido? No quiero que te canses.— habló aquel tío tan molesto y sexy haciendo girar el objeto naranja sobre su dedo índice.

Doy unos pasos hacia adelante con una sonrisa de lado y es suficiente como para que se ponga nervioso. La pelota cae y no tardo en tomarla de nuevo yendo hacia el centro de la cancha. Alzó la mano llamando a mí equipo y él hace lo mismo.

—Cuanta tensión sexual, nanana.— canturrea mí rubia amiga para después darme una nalgada.— Míralo, realmente quiere ganar.— habló sobre mí oído apuntando al de coleta, quien estaba concentrado sobre Samuel, ya que él daba el saque. Sonreí embobada y el pitido me tomó por sorpresa.

Finalmente quedaron un punto sobre nosotras, ganando. En otra circunstancia me molestaría haber perdido, pero ver la sonrisa de auténtica felicidad de David me podía más.
Nuestras miradas se conectaron mientras mis amigas practicaban canastas tranquilamente, todas sabíamos que hasta cierto punto les dejamos ganar, no habíamos jugado al cien y tampoco nos molestaba. Caminé hacia el baño ignorando su sonrisa, un poco de drama nunca está demás.
Mojé mí cara y mí nuca. La puerta se abrió, sabía que era él, pero quería hacerme de rogar un poco. Sus manos se apoyaron en el espejo, una a cada lado de mí cabeza, dejándome acorralada contra el lavabo. Esto comenzaba a parecerse a un dorama.

—¿No vas a felicitarme por ganar? ¿O te duele que haya tenido razón?— su voz se escuchaba más ronca de lo usual. Una corriente eléctrica recorrió todo mí cuerpo. ¿Me acababa de calentar con semejante tontería?
Me aparté riendo nerviosa.

—Nono, felicidades capitán.— pronuncié a nada de salir corriendo de aquel baño. Tiró de mí brazo y por el impulso, una vez más, choqué contra su pecho.

—Como la primera vez.— comentó risueño y me abrazó.— Ahora si. Esto es una felicitación apropiada.— habló orgullosamente.

Salimos del baño y todas las miradas del gimnasio se posaron sobre nosotros. Incómodo.

Después del semejante entrenamiento regresamos a las habitaciones cada uno por su lado. Aunque los chistes obcenos de mis amigas no se hicieron esperar.


~°~

Holissss, espero que todo en sus vidas vaya de maravilla.
Capítulo cortito hoy. Bye<333

R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora