Enero, oh Enero. Sin dudas un mes lleno de locuras.
David me invitó al cine, de no ser porque estaba cerrado, aquella película que habíamos seleccionado previamente, sería mí favorita actualmente.
Sin embargo, las risas que había pasado al ver la cara de enfado del chico no las cambiaría por nada.
Recordaba su bonito rostro de disculpa y no podía evitar sonreír. ¿Cómo alguien con su aspecto podía tornarse tan tierno?Posteriormente, la cita fue genial.
Terminamos sentados en un parque, simplemente hablando, como si las horas no existieran. Cuando cayó la noche subimos a su moto, compramos comida y regresamos a su habitación.
Comenzamos una serie juntos, una que ninguno había visto antes. Definitivamente parecíamos una pareja.
Dormimos, una vez más, abrazados.Aún con todo lo lindo que sucedía entre nosotros, había algo que me preocupaba. Después de todo, era predecible; ninguno se animaba a mostrarse tanto estando frente a el alumnado.
¿Sería que esa estúpida tradición de las rivalidades nos iba a atormentar hasta salir de aquí? Y aún peor, ¿Y si terminaba siendo muy tarde para confesarle lo que siento?
Finalmente, perderlo parecía dolerme casi tanto como el peso de mis miedos.•••
La última semana del mes nos tomó por sorpresa y después de haber estado entrenando como locas, el día del primer partido de las nacionales llegó.
A las cinco y media de la mañana, cargadas de sueño, nos subimos al autobús, rumbo a un viaje de cinco horas.
Si bien no era un país gigante, hacer estos viajes resultaba en las horas más largas de mí vida.
Tristemente, los chicos fueron en otro, por lo qué no pude ver a David en toda la mañana. Aunque me recompensaba haber estado con él la noche anterior, bajo la excusa de entrenar, algo qué, siendo honestos, no hicimos.En cuanto llegamos al lugar me tocó despertar al equipo.
Entramos al baño, realmente cansadas y trás unos minutos de recomponernos, salimos a la cancha. El calentamiento fue rápido y en pocos minutos nos encontrábamos listas para ganarle a quien sea que se pusiera frente a nosotras.Fallamos varias veces, pero con mucho esfuerzo logramos ganar en los últimos minutos.
Estaba enfadada con el árbitro. Había cobrado una agresión, por parte de Camila, inexistente. Por lo que en el próximo partido entraría Natalia en su lugar.
Dejando de lado aquel dilema, festejamos y en cuanto subimos al autobús una vez mas, caímos a los asientos dispuestas a dormir.•••
Desperté sobresaltada por unos golpes fuera de mí ventana. Giré la cabeza sintiendo mí respiración agitada, fuese lo que fuese el ruido exterior, me había matado del susto.
Observé el exterior curiosa y divisé el autobús del equipo masculino. ¿Ya estaban aquí? Tomé mí móvil; 13:00 p.m.
¿Qué hacía el capitán de las ratas con alas lanzando bolas de nieve contra mí ventana? Ni idea.
Después de que me hacerme un gesto para que fuera con él, me envolví en mí manta, corroboré que todos estuviesen durmiendo y bajé del autobús.
El viento helado chocó contra mí cuerpo. Agradecía tener calefacción dentro de la lata en la que viajábamos.—¿David?— lo llamé débilmente. Sentía como mí cuerpo temblaba siendo rozado por los pequeños copos de nieve que caían del cielo.
Me envolvió en sus brazos y yo le correspondí con dificultad, ya que tenía la manta sujetada.—Lamento hacerte bajar, pero no podía entrar al autobús.— le sonreí de lado, ¿Por qué querría entrar al autobús?— Mirá, como sé que eres súper descuidada con el tema de las comidas te traje esto, para que no almuerces la mierda que te van a dar.— extendió una bolsa con uno de mis rolls favoritos.
Lo abracé con cuidado de no aplastar la bolsa y él soltó una risita.
—¿Cómo fue el partido?— cuestioné alejándome un poco, él alzó sus pulgares con orgullo. Me acerqué a su cara.— Felicidades, Capitán.-
Pegó su rostro y movió su nariz delicadamente sobre la mía, haciendo que rocen. Suspiré sabiendo que mí sonrojo era imposible de ocultar.
¿Un beso esquimal, David? ¿Acaso quiere que me derrita por él? Si ese es el caso, quizá sea el momento para decirle que ya lo hago.
Acaricié su rostro olvidando completamente mí manta. Lo observé sonreír con los ojos cerrados, disfrutando de aquel mimo tan casto.—¿Puedo saber por qué estáis fuera de los autobuses?— me separé rápidamente. Ya tenía un motivo para llorar en silencio esta noche.— Id dentro, ya.-
Acaté la órden de mí entrenadora y regresé a mí asiento echándole una última mirada a mí amado.
¿Por qué la vida era así?Comencé a comer en silencio, simplemente pensando en lo maravilloso del gesto que el chico había tenido.
¿Cómo no enamorarse?Aún podía sentir como nuestras narices rozaban, como su frente pegada a la mía me llenaba de vida.
Los latidos acelerados de mí corazón al escucharle hablar sobre mí.
Y como estuve a tan solo segundos de decirle lo que ya era bastante obvio.David, me gustas.
Estoy completamente loca por ti.
~°~
H
olis, espero se encuentren de maravilla.
Bueno, no tengo palabras para agradecer el apoyo al capítulo del otro día, genuinamente no sé que decir que no sea gracias, gracias y mil gracias. A todos los que me enviaron palabras de apoyo y me dijeron que no me disculpe, no saben lo mucho que significa para mí todo eso.
Me preguntaron si las cosas en mi vida iban mejor, la respuesta por suerte es si, las cosas están mejor.
Una vez más, muchísimas gracias 💕💕💕💕💕💕
Este cap es de 2020 <3
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R I V A L I D A D E S. [xFaRgAnx]
Hayran KurguEn un prestigioso internado en Andorra, mujeres y hombres se ven divididos en dos edificios. Con adolescencias marcadas por la rivalidad entre el H y el M, hasta los jóvenes del último año, pelan por minorías. Aquel establecimiento es reconocido po...