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Dos días y un esguince más tarde, soy realmente más abierta con los alumnos— o con una buena cantidad de ellos— como Alix, Rosita o Juleka. Más que todo, con Marinette y Alya, que me fue presentada debidamente al siguiente día.

Camino por el pasillo hacia el salón, sorprendida y bastante orgullosa de mi puntualidad. En mis tres días asistiendo, es la primera vez que entro al salón entre los primeros 5.

Sonrío al ver a Nathaniel al final del aula y me apresuro a sentarme en mi lugar, volteando y saludándolo. Él salta, pues parece que no había notado mi presencia, y luego me devuelve en un susurro el saludo.

Cubre, extrañamente rápido, su cuaderno con su brazo y baja la cabeza. Sospecho, pero prefiero no decir nada sobre ello. En cambio, intento comenzar una conversación.

— Nath, y ~ dime, ¿Cuál es tu materia favorita? — pregunto, sin real interés sobre la respuesta, aunque sí en la conversación que busco.

— Arte... ¿La tuya?

— ¿Vale decir que me gusta gimnasia?

— No haces nada en gimnasia.

— Lo sé, por eso me gusta.

☁☁☁

Las risas no tardaron en llegar, aunque habían sido solo de dos personas.

Mi rostro está encendido en rojo con ira, mientras que intento levantarme, fracasando y cayendo, pues el suelo está resbaladizo por la bebida que me habían tirado encima.

Nuevamente miro a Chloe y sonrío con una idea. Susurro: — Tan idiota.

Ella rápidamente me mira y automáticamente dice: — ¿Qué has dicho? No te oigo bajo todo el jugo.

— ¿Eh? Lo siento, no te entiendo — muevo las manos exageradamente, luego agrego — No hablo idioma estúpida.

Entonces todos ríen, esta vez a excepción de Sabrina y la rubia que chilla: — Ridículo, totalmente ridículo. — y ambas abandonan la cafetería.

Siento un par de manos levantarme y cuando volteo, sonrío al ver a Nathaniel. Él me ayuda a caminar fuera del lugar sin decir nada y me lleva hasta los lockers.

— Ha sido muy valiente lo que hiciste allá.

— Bueno. No fue muy bueno, después de todo, estoy toda mojada.

— sí. Es una lástima, tu camiseta es realmente lind- — y se frena, callándose de golpe. Su rostro se tiñe de carmín y desvía la mirada.

— Gracias por el cumplido, Nath — murmuro antes de abrir mi casillero, aunque no encuentro nada de ropa. Cuando estoy a punto de pedirle algo de ropa a Nathaniel, alguien grita mi nombre y debo voltear para ver quién es.

— ¡Tn! — Marinette viene corriendo en mi dirección, aunque justo antes de llegar, tropieza y casi cae, si no fuera porque Nath es más rápido y la sostiene. — Lo siento. ¡Es una pena que hayan mojado tu ropa, pero no te preocupes! Seré tu héroe, porque tengo un conjunto para ti ~ — explica, alejándose y luego volviendo con algo de ropa en las manos. Me la entrega y le sonrío.

— Muchas gracias, Mari.

— Es un gusto ayudar. Te acompaño a llegar al baño.

— Espérame — le murmuro a Nath, que asiente, antes de caminar detrás de Marinette, sosteniéndome de su hombro de camino al baño.

Luego de hablar un poco con Marinette y cambiarme a un conjunto un poco más aniñado de lo que me gustaría— aunque realmente no me quejo, porque es bonito y se ajusta a mi cuerpo— salimos del baño, siendo testigos de cómo un pelirrojo Nathaniel dibuja con ganas en su cuaderno.

Marinette toma mi mano y me susurra: — Él es así, siempre que encuentre una inspiración — luego agrega — Y desde que llegaste, no ha parado.

Tattoo ♡ NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora