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Suena el timbre del recreo y aunque me he calmado y ya no lloro, no quiero salir.

Me quedo en el baño hasta que escucho pasos. Alguien toca la puerta y antes de que pueda responder, noto los zapatos que están frente a mí.

— ¡Nathaniel! — chillo antes de abrir la puerta y ver al sonrojado pelirrojo sosteniendo una hoja de papel y con los ojos cerrados.

Tomo su brazo y camino con él fuera del baño, que por suerte está vacio.

Golpeo su mano una vez salimos y él se queja antes de abrazarme.

— ¡Tenía que hablar contigo! — se excusa sin dejarme reclamarle — te vi llorando y no fui capaz de ayudarte, además de que la profesora no me dejó salir del salón luego.

— no te preocupes, Nath. Hay cosas que tengo que pasar sola.

— no debes, yo quiero estar contigo.

No soy capaz de negarme y simplemente asiento, abrazándole con fuerza y escondiendo mi rostro en su cuello, asustada.

☁☁☁

Le sonrío a la mujer que me estaba atendiendo, quien me corresponde.

— Tenga una linda noche — me desea y le susurro lo mismo, aunque supongo que no lo escucha.

Salgo del puestito y suspiro pesadamente, mirando por entre el papel en mi brazo el rostro de mi hermano. Es pequeño y tiene una preciosa sonrisa en su rostro.

Sonrío sin poder evitarlo y rápidamente desvío la mirada, dolida mientras camino.

Debo morder mi labio para no largarme a llorar nuevamente, aunque logro aguantarmelo lo suficiente como para verme relativamente normal caminando de madrugada por las calles.

No quiero llegar a casa, así que vago por las calles, mirando los negocios cerrados, los restaurantes bastante vacíos. Hasta que algo llama mi atención.

La torre Eiffel

No sabía que estaba tan cerca.

Camino hasta estar de pie frente a ella, viéndose tan magnífica como imaginé que sería, como se veía en las fotos, solo que simplemente mañana grande.

Un hombre comienza a tocar algo de música con un violín y le sonrío, pues parece haberlo hecho por mí.

Me hace una seña para que baile y no puedo negarme, pues estoy lo suficientemente triste como para no quedarme quieta.

Cierro los ojos, imaginándome junto a mi hermano otra vez y sonrío antes de colocar una de mis manos en su hombro, mientras tomo la otra. Imagino su risa y pronto, nos movemos.

Me guía con cariño, susurrándome mientras ríe que soy pésima bailando y que debería intentar practicar, aún cuando sabe que lo hago.

Lo piso y se ríe de mí en mi rostro, aún cuando es él es que se ha equivocado esta vez, aunque se la dejo pasar.

Y sollozo.

Tattoo ♡ NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora