Tattoo ♡ Nathaniel

O8

Grito, fuerte y claro antes de chocar mi puño con la pared, sintiendo las lágrimas bajar con apuro por mis rojas mejillas.

Ignoro los llamados por mi nombre, aún los brazos en mi torso, sosteniéndome, y hago fuerza para continuar descargandome con la pared, tal vez también con mis nudillos.

Adrien me grita que me detenga y sostiene mis brazos, aunque no paro de moverme, luchando contra él, contra mí, contra lo que pasó.

— ¡Tn! ¡Detente! — me implora y colapso en el suelo, sollozando con fuerza.

Se ha ido, ya no está. No puedo aceptarlo, porque hacerlo sería como rendirme y yo detesto hacerlo.

Pero aún, él se ha ido, y es tan real como mis tatuajes.

Y lloro aún más fuerte, hasta que siento una fuerza ponerme de pie y frente a mí, veo un futuro más brillante. Una voz me invita a no sufrir sola y por lo rota que me siento, acepto, perdiendo la conciencia instantáneamente.

☁☁☁
— Nathaniel🍶

Corro por el instituto, intentando esquivar a todo alumno que se me interponga, aunque soy lo suficientemente tímido como para solo moverme yo y no pedir permiso.

Aún, mi apuro es grande y estoy en la entrada en menos de lo que puedo reaccionar, observando como Adrien sostiene a Tn con fuerza, mientras ella grita y llora escandalosamente.

Tengo un extraño revuelto en el estómago con algo entre los celos, la preocupación y el dolor que me hace apresurarme para acercarme.

Aunque es tarde, porque una sombra negra la recorre de pies a cabeza, haciendo saltar lejos a Adrien— que sale corriendo— y robándose gritos de los presentes, menos yo, que me quedo completamente paralizado ante ella.

Aún estando akumatizada se ve simplemente perfecta. Vestida con un top negro de encaje con manchas bordó que me recuerdan a la sangre. Tiene un short obscuro abombado del que cuelgan algunas cadenas oxidadas, acompañado de unas medias del mismo color. En su cabeza yace una corona de hierro teñido con bordo que resalta su nuevo cabello corto. De sus ojos bajan un par de lágrimas que se marcan en sus mejillas, que yacen rojas con cólera.

Sus rojizos ojos se fijan en mí y se me acerca con pasos rápidos, aunque parece debatirse algo internamente, pues se detiene y sus expresiones cambian.

Automáticamente, sale corriendo lejos de mí, antes de saltar con la suficiente fuerza como para llegar al tejado de una edificación, desapareciendo.

Ladybug y Chat Noir no tardan en ir tras ella, mientras yo solo espero verla de nuevo, sana y salva.